4 maneras de convertir un año difícil en algo significativo

4 maneras de convertir un año difícil en algo significativo

Aunque fue estresante y agotador, mi primer año de instituto fue en general una gran experiencia. Desgraciadamente, no es lo mismo para todos los que he conocido: mis amigos mayores me habían advertido sobre este terrible año, diciendo que no tendría tiempo para nada más que para las tareas escolares. Afortunadamente, no tiene por qué ser así para todo el mundo, como no lo fue para mí.

Si quieres saber cómo lo hice yo, aquí tienes 4 maneras de aprovechar al máximo tu tercer año de carrera y evitar que los retos lo hagan menos significativo de lo que debería ser.

1. Ser proactivo

En el libro de Sean Covey "Los 7 hábitos de los adolescentes altamente efectivos", el primer hábito que recomendaba era "Ser proactivo".

Entonces, ¿qué es exactamente ser proactivo?

Ser proactivo significa que tomas el control de tu vida, decidiendo la mejor manera de actuar y reaccionar ante las cosas. Cuando eres una persona proactiva, ya no dejas que cosas externas e incontrolables decidan cómo te sientes, piensas o reaccionas. En cambio, crees que tu vida es lo que tú haces. Por lo tanto, empiezas a prosperar porque sabes que lo único que te detiene eres tú mismo.

Por ejemplo, es el comienzo del curso escolar y estás sentado en tu nueva clase de inglés. Sin embargo, empiezas a darte cuenta de que lo vas a pasar mal en esta clase: es difícil terminar los deberes a tiempo y la asignatura es absurdamente difícil.

Para hacer frente a esta situación, tienes dos opciones:

1. Piensas para ti mismo "Oh, que se joda esto" y aceptas que no puedes prosperar este año en inglés. Sigues quejándote de tu mala suerte y piensas que no puedes hacer nada.

2. Ve a hablar con el profesor o el orientador académico, busca formas de terminar los deberes de forma más eficiente y encuentra recursos en Internet para aprender mejor.

Ser proactivo te llevará a la segunda opción, que resolverá el dilema y te dará más tranquilidad. Este es sólo un pequeño ejemplo de un hábito que sin duda cambiará tu vida, cambiará tu forma de ver y resolver los problemas y te ayudará a ser un estudiante más proactivo y productivo. ¿Ves la magia en esta mentalidad?

2. Elige las clases que te gustan y que te gusten las que eliges

Esto no siempre es fácil, ya que a veces nuestras decisiones a la hora de elegir cursos están influenciadas por muchas otras cosas que no son nuestros propios intereses, como el rigor para mejorar las solicitudes universitarias, etc.

Sin embargo, aún podemos intentarlo. Cuando tomes la decisión de qué clases tomar este año escolar, ten en cuenta tus intereses. ¿Qué asignaturas despiertan tu interés? ¿Qué asignaturas te entusiasman para ir a la escuela cada día? ¿Qué asignaturas servirán mejor para la carrera universitaria a la que aspiras?

Una vez que hayas pensado en ello, identifica esas clases e intenta incluirlas en tu horario. Es posible que no puedas tener un "horario dorado" en el que tengas todas las clases que te gustan. Sin embargo, tener unas pocas o incluso sólo una es mejor que ninguna, ¿verdad?

¿Y las otras "indeseables", como las matemáticas en mi caso? ¿Cómo podrían gustarnos esas clases?

Si los temas en sí no te interesan, ¿por qué no piensas en otros beneficios que puedes obtener en los cursos?

Algunos ejemplos serían:

- Demuestra a las universidades que puedes hacer frente a cursos rigurosos.

- Adquirir habilidades esenciales, como la codificación, la lectura, el pensamiento lógico, la escritura académica, etc.

- Rodéate de gente inteligente de la que puedas aprender mucho.

- Practica la autodisciplina.

Y más. Como dije antes, tener una mentalidad proactiva puede ayudarte a reconocer el potencial de las clases que no te gustan.

3. Abre tu mente y tu corazón

La adolescencia es la época en la que aprendemos muchas cosas. Es la época en la que nos damos cuenta de que el mundo no es tan perfecto como pensábamos y que la gente no siempre es amable. Puede ser duro, pero no dejes que tus experiencias negativas te convenzan de que eso es todo lo que el mundo puede ofrecer.

Las cosas y las personas buenas sólo pueden ocurrirte si crees que existen y las acoges. Puede que no sean lo que esperabas, pero no dejarás de verlas venir si tienes la mente y el corazón abiertos.

Así que tienes que mantener tu corazón y tu mente abiertos a nuevas posibilidades, aventuras, personas y cambios. Hay muchas cosas inesperadas que pueden ocurrirte: nuevos vínculos con personas con las que nunca pensaste que saldrías, un nuevo interés por algo que nunca habías considerado, y mucho más.

Puede resultar horrible, pero al menos experimentarás y aprenderás algo. Y ese es el objetivo de ser joven (y tonto), ¿no?

4. Vive el momento

Porque nada es permanente, tanto los buenos como los malos momentos.

Ojalá hubiera tenido esto más en cuenta porque, a veces, no estaba plenamente en el momento. Tal vez tenía miedo de sentirme herida o triste durante el mismo o después, cuando ya no está. Pero, ¿cómo puedo vivir y experimentar realmente las cosas si no me permito estar en el momento y apreciarlas después?

Cuando vives el momento y no dejas que el pasado te deprima y tu futuro te angustie, vives de verdad. Te reirás con tus amigos por una tontería, te permitirás llorar y volver a levantarte, descansarás sabiendo que has tenido un día completo, y mucho más.

Si has dejado que tu pasado y tu futuro te afecten negativamente disfrutando del momento presente, espero que te relajes y vivas tranquilamente, sabiendo que todo irá bien.

No es fácil ajustar tus lentes y tu mentalidad para mantenerte optimista y esperanzado cuando te enfrentas a los desafíos. Pero arriba hay algunas formas que pensé que podrían ayudarte como a mí.

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