1984: Un retrato amenazador del totalitarismo

1984: Un retrato amenazador del totalitarismo

Cuando el estalinismo prosperaba, los dictadores dominantes ansiaban el poder. Los siniestros deseos de poder ilimitado hicieron que la política corrupta impregnara la sociedad, ensombreciendo a los ciudadanos. La creación de George Orwell en 1949, 1984, está ambientada treinta años en el futuro. Su crítica al totalitarismo y su énfasis en los efectos destructivos del control absoluto del régimen se reflejan en la sociedad actual.

En la sociedad imaginaria y distópica de 1984, el mundo está ocupado por tres superestados -Oceanía, Eurasia y Eastasia- que se encuentran en perpetuo estado de guerra con el objetivo de alcanzar la hegemonía mundial. En Oceanía, el Gran Hermano dirige el Partido, que gobierna el país mediante un sistema totalitario. La libertad de los ciudadanos está limitada por las leyes establecidas, que prohíben el ejercicio de los derechos humanos básicos: fornicar sin el objetivo de procrear, expresar pensamientos personales, acceder a registros históricos y reunirse para protestar están prohibidos. Para controlar el comportamiento de los ciudadanos, el gobierno instaura un riguroso sistema de vigilancia que refuerza el poder del Partido y disuade a la gente de violar sus enseñanzas. Además, mediante la manipulación de los medios de comunicación, el Partido reescribe o borra la historia una vez que los gobernantes consideran que la información no sirve para nada.

Winston Smith, el protagonista, es uno de los pocos que reconoce la opresión y rechaza la búsqueda ciega de la conformidad. Desde escribir un diario hasta enamorarse de Julia, su rebelión contra el gobierno del Partido está impulsada por su aversión e indignación. No obstante, se da cuenta de que el pueblo es impotente para derrocar al Partido. Los miembros de la clase trabajadora de Oceanía se llaman "proles" y, aunque constituyen el 85% de la población, no están sometidos a la vigilancia del Partido. Por desgracia, su "suerte" se debe a su ignorancia de la naturaleza malvada de la sociedad, lo que implica que carecen de motivos para la venganza. En consecuencia, aunque al principio esperaba que los proles iniciaran una revuelta, Winston acaba dándose cuenta de que el cumplimiento de su deseo es inalcanzable. En un estado desesperanzado, Winston concluye: "Hasta que no sean conscientes, nunca se rebelarán, y hasta después de haberse rebelado, no podrán ser conscientes". Esta ironía obliga a Winston a darse cuenta de que su única opción es unirse a la Hermandad, una organización cuyo objetivo es llevar a cabo actividades contrarrevolucionarias. Sin embargo, la conspiración ha calado en la organización. O'Brien, el líder de la Hermandad, recibe el encargo de transformar la Hermandad en una plataforma donde se exponga la identidad de los traidores al Gran Hermano. Cuando O'Brien descubre su intención de unirse a la Hermandad, considera a Winston un traidor, por lo que lo encarcela y tortura. Como resultado, la autoestima y la individualidad de Winston quedan destrozadas. Durante el tormento de los O'Brien, Winston se ve obligado a traicionar a Julia y a acatar la ideología del Partido. La historia satírica termina con la mirada perdida de Winston ante la imagen del Gran Hermano, que simboliza su plena transformación en una marioneta del Partido.

Orwell revela los efectos del totalitarismo en la sociedad a través de varios acontecimientos. En primer lugar, Orwell aborda el derecho a la privacidad: los ciudadanos tienen privacidad cero, lo que sugiere que sus pensamientos y comportamientos están siempre expuestos al Partido a través de los equipos de vigilancia que se colocan en el espacio privado de cada ciudadano. Los pensamientos traidores pueden quedar expuestos por el comportamiento, las palabras o incluso las expresiones faciales. Hoy en día, la violación de la intimidad, debido a las filtraciones de datos o a la vigilancia del software, por ejemplo, se ha vuelto más común, un testimonio de las predicciones de Orwell. En la novela, se anima a los niños a denunciar los actos de traición, incluso si los traidores son sus padres. Por ejemplo, una noche en que Winston estaba visitando a su vecino, Tom Parsons, los niños "le amenazan con una pistola automática de juguete", declarando a Winston "un traidor... un criminal del pensamiento... un espía euroasiático". La afirmación de Orwell sobre la plena influencia de la propaganda de "un partido" se ve a través de la crueldad de los niños, ya que su padre es condenado a muerte por sus denuncias. Con la propaganda del Partido lavando el cerebro a la futura generación, los niños consideran que los lazos familiares y las relaciones sociales son inferiores a la autoridad del Gran Hermano. En estas circunstancias, en las que la censura del Partido se extiende incluso a los miembros de la familia y a los amigos íntimos, la gente se queda "desnuda" ante el Partido.

El texto de Orwell también revela las consecuencias de no prestar atención a las lecciones de la historia. En 1984, los acontecimientos históricos que contradicen las enseñanzas del Partido son alterados, independientemente de su importancia histórica y su autenticidad. Por ejemplo, cuando O'Brien tortura a Winston, le obliga a aceptar la ideología del Partido de que Oceanía siempre ha estado en guerra con Asia Oriental, ignorando los registros históricos que muestran la alianza de Oceanía con Asia Oriental en el pasado. La declaración de guerra de Oceanía a Eastasia se produjo abruptamente después de una guerra con Eurasia, que no dio ningún resultado. Según la narración, "Cuando el odio general hacia Eurasia había llegado a tal delirio... -justo en ese momento se había anunciado que, después de todo, Oceanía no estaba en guerra con Eurasia. Oceanía estaba en guerra con Eastasia. Eurasia era un aliado". En el mundo real de hoy, la gente está expuesta a una cantidad abrumadora de información, incluidas falsedades que cumplen con la propaganda política, que retratan cómo formas alternativas de totalitarismo están presentes en nuestra sociedad. Por ejemplo, en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2020, se difundieron en las redes sociales vídeos manipulados que tergiversaban la imagen de los candidatos, distorsionando la opinión pública sobre sus antecedentes, políticas, etc. La tecnología contribuyó al proceso, como demuestra la forma en que los bots promovieron propaganda política falsa, haciéndola parecer más influyente.

La distorsión de la verdad se muestra también en la caracterización que hace Orwell de O'Brien. Como representante del Partido, O'Brien niega las verdades universales; afirma que dos y dos son cinco y que el universo gira alrededor de la Tierra. La realidad se vuelve frágil y alterable, pues la mente individual tiene prohibido percibir o almacenar la verdad. Mientras tanto, el Partido, "que es colectivo e inmortal", es el único lugar donde existe la realidad. El totalitarismo destruye no sólo la intimidad y la libertad de las personas, sino también las ideologías y los hechos que retratan la historia y la verdad. Al principio de su juicio, Winston se niega a aceptar la desinformación. Sin embargo, bajo el tormento físico y mental, se transforma en un ciudadano domesticado. Su evolución prefigura lo que probablemente experimentará todo opositor al Partido.

El propósito final de Orwell es sugerir que el totalitarismo es inmutable cuando el pueblo se considera impotente. O'Brien desempeña un papel paradójico, ya que es autor de un libro que constituye el núcleo de la Hermandad, lo que implica su profundo conocimiento de la hipocresía y la conspiración del Partido. Sin embargo, consciente de su incapacidad para cambiar el statu quo, la figura esencial de la Hermandad opta por ponerse del lado del Partido. Además, mientras pasea por el barrio de los proles, Winston descubre que la mayoría de la gente dedica su vida a jugar a la lotería y a beber alcohol, lo que revela la patética verdad: los individuos que se liberan de la vigilancia del Partido nunca notarán los perjuicios del totalitarismo para la sociedad, pero siguen viviendo una existencia triste y sin propósito. Los rebeldes luchan por unirse o por encontrar un líder, por lo que se unen a la Hermandad. Sin embargo, cuando O'Brien, el núcleo de la Hermandad, se revela como un miembro del Partido infiltrado en el grupo, la Hermandad se derrumba. Winston representa el efecto del Partido sobre los rebeldes: es torturado y sometido a un lavado de cerebro hasta que acepta las enseñanzas del Partido. En una sociedad totalitaria, la minoría nunca puede derrocar al Partido, lo que permite que los graves efectos del totalitarismo se perpetúen para siempre.

1984 nos advierte sobre los efectos del totalitarismo, que se aplican a la vida real debido a la presencia del estalinismo, el comunismo extremo y algunas ideologías que están surgiendo en el siglo XXI. Si los ciudadanos toleran el desarrollo de estos sistemas políticos, acabarán siendo incapaces de controlarlos, lo que conducirá a la manipulación de las ideologías y, en última instancia, a la privación de los derechos humanos y civiles de las personas.

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