La presión social afecta a nuestros jóvenes.

SIN EMBARGO, TIENEN QUE ESTAR AGRADECIDOS.

Presión

Cuando era más joven era un espíritu muy despreocupado. No pensaba realmente en el futuro. Pero ahora que estoy en mi primer año de instituto es en lo único que pienso.

¿Dónde voy a ir a la universidad? ¿Qué trabajo voy a tener? ¿Voy a sacar una buena nota en ese examen?

La lista de preguntas es interminable.

Y la administración no ayuda mucho. Te dicen que deberías disfrutar de tus años de instituto y divertirte... y luego te dicen que cada punto que consigas es importante y que si no lo haces bien, tu vida está jodida. Así que te envían señales contradictorias.

Por no hablar de la presión social.

Ir a las fiestas, ir a los juegos, tener las aplicaciones. Todo sigue y sigue. Y la cosa es que es agotador. Tener que hablar con la gente cuando todo lo que quieres hacer es acurrucarte y dormir. Una pequeña pista para los extrovertidos: si una persona está callada no siempre significa que quiera hablar con alguien. A veces nos gusta sentarnos solos y pensar.

Pero eso no suele ser aceptado, así que la gente intenta arreglarte. Sí.

Y quiero decir que a veces sí quiero socializar, pero cuando no lo hago necesito que la gente lo entienda. Pero cuando no lo hacen, la presión se añade.

Cada vez que pienso en todos mis problemas me deprimo, pero luego recuerdo que podría ser peor.

Podría estar viviendo en un país que no me permitiera ir a la escuela en absoluto. O podría estar viviendo en un lugar que no quisiera escuchar mis opiniones en absoluto. Siempre me olvido de que debería estar agradecida por lo que tengo porque algunas chicas no tienen lo que yo tengo. Viven constantemente con miedo mientras yo puedo usar mi voz y decirle al mundo lo que pienso.

Digo todo esto para decir lo siguiente: cada vez que te pongas a pensar en todo lo que pasa en tu vida, recuerda que hay personas que harían cualquier cosa por estar en tu lugar.

Categorías:

Noticias relacionadas