Colores

Colores

Veo mi vida a través de los colores.

Cuando crecía en una casa con otra hermana me gustaba pensar que había dos tipos de niños. Un niño morado y un niño rosa. La mayor siempre elegía primero, y su primera elección siempre era rosa. Y en las raras ocasiones en las que me tocaba elegir a mí, sabía que estaría mejor con el segundo, el morado.

Pensar que estos colores significaban el mundo para nosotros cuando éramos niños es absurdo, pero era una de esas cosas en las que tenías que estar allí para comprender su profundidad y su significado.

Recuerdo que de pequeña quería ser rosa. Quería la culminación femenina de ese color y todo lo que conllevaba. Y creo que con el morado nunca lo conseguí.

He pensado que viví toda mi vida en mi infancia. Pensaba que eso era todo. Que siempre sería la niña morada. Con los calcetines color lavanda y los vestidos morados de terciopelo con ribetes color ciruela. Nunca llegué a entenderlo. Era mi vida. Por ejemplo, incluso en mis series favoritas, Barbie era de un rosa impresionante y Raquel de un simple morado.

Quizá sea injusto por mi parte decir que nunca entendí realmente la púrpura por lo que era ni le di esa definición para que fuera algo más que la segunda mejor.

Pero pasaron los años y crecimos y dejamos atrás los estandartes rosa y morado. Los colores se desvanecieron en nada más que lejanos pensamientos posteriores. Y finalmente esos colores se convirtieron en nada más que simplemente lo que eran.

Nos hicimos íntimos y las cosas que antes nos separaban pasaron a formar parte de nosotros. Llegamos a entender mejor el mundo. Y yo me di cuenta de que la vida era algo más que el papel que me habían asignado cuando era joven.

Crecimos y volvimos a nuestro hogar en Puerto Rico. Y a mí me vinieron a la memoria todos nuestros recuerdos. Y no los veía a través de un color determinado. Los claros cielos de cristal y las profundas aguas azules. Y los brillantes árboles verdes y los pasteles a través de cada pequeña ciudad. Todo sobre ello.

Ser capaz de ver en colores me libró de todo lo que había conocido antes y me dio una nueva experiencia y, curiosamente, un nuevo propósito.

Tal vez fuera algo psicológico a través de esos colores que nos habíamos asignado o tal vez fuera simplemente todo lo que habíamos conocido. Pero creo que me hizo tomar conciencia de lo frágil que es todo y de lo temporales que pueden ser las cosas.

Fui capaz de apreciar mi vida y no ceder a mis expectativas anteriores o a los estándares que me daba a mí misma cuando éramos más jóvenes. Vi mi vida con mis propios ojos y no con los de un segundón.

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