El día de la marmota: Existencialismo

El día de la marmota: Existencialismo

La inmortalidad (o la capacidad de existir en la eternidad) suele ser un superpoder que muchas personas desean. Pero, ¿qué pasaría si alguien que intenta morir de muchas maneras siguiera vivo y tuviera que revivir cada día? Emitida por primera vez en 1993, la película El Día de la Marmota se centra en un reportero del tiempo, Phil Connors, que cae en el mismo curso de acontecimientos una y otra vez cada día mientras transmite el Festival del Día de la Marmota en un pequeño pueblo de Pensilvania.

En la película, Phil pregunta a sus amigos de la bolera qué harían si su rutina diaria se repitiera todos los días. Un conocido responde que esa repetición y esa rutina son básicamente la suma y la sustancia de su vida. En un contexto más amplio, la vida humana parece repetitiva y sin sentido si uno no hace un uso efectivo de ella o no se esfuerza por hacer algo diferente. En la película, vemos esto con la vida de Phil, que reacciona a su bucle recurrente primero con ira y luego con indulgencia. Utiliza el poder de revivir sus días como medio para atraer a las mujeres y satisfacer los deseos sexuales, y no teje ningún significado significativo en su sentido de la individualidad.

"Algunos mirarían este vaso y dirían 'ese vaso está medio vacío'. Otros dirían 'ese vaso está medio lleno'".

Cuando Phil contempla su fastidioso destino, su compañero de bolos le ofrece esta sorprendente visión de perspectivas contrastadas. El destino de Phil es algo que no puede cambiar, ya sea teniendo que informar sobre el Festival del Día de la Marmota cada año, o quedando atrapado en bucles interminables de los mismos obstáculos día tras día. Phil está enfadado por la forma en que todo parece ir en contra de su plan. Su mentalidad obsesionada le hace estar aún más molesto por la colisión que trastorna su mundo. La película destaca la flexibilidad en respuesta al cambio, ya que Rita, la compañera de trabajo de Phil, habla a menudo de cómo es capaz de encontrar la felicidad incluso en los días que se desvían de sus expectativas. Esta individualidad que se desprende de la naturaleza mundana de la vida le da sentido a la vida porque celebra la singularidad de su existencia.

Aunque Phil tiene la capacidad inmortal de revivir todo lo que hace, un anciano sigue muriendo cada día a pesar de los intentos de Phil por salvarlo. Esto le permite darse cuenta de que, en lugar de centrarse en las cosas que no puede cambiar, debe atender a las que están bajo su control. Hacia el final de la película, Phil hace algunas cosas buenas por su comunidad, como salvar a un niño que se ha caído de un árbol, ayudar a sustituir una rueda pinchada y salvar a un anciano de la asfixia. Esto demuestra sólidamente su valor para la comunidad, y ayuda a Phil a reconocer lo absurdo de su día recurrente. Mientras tanto, ha aprendido a aceptar ese absurdo utilizando su poder especial de forma altruista.

Esta película ofrece un excelente retrato del existencialismo, que abraza la idea de que la vida no tiene sentido, pero uno puede hacer que su existencia personal sea única y significativa al atribuirle su propio significado. En última instancia, no es el destino de uno lo que le define, sino que son sus acciones las que importan; aceptar, apreciar y apoyar lo que tenemos puede ser mejor que vivir una vida inmortal.

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