Jane Eyre de Charlotte Bronte

Jane Eyre de Charlotte Bronte

Jane Eyre, ambientada en la Gran Bretaña del siglo XIX, presenta el fenómeno social y la mentalidad contemporáneos en la época victoriana. La historia de la heroína está ampliamente basada en la vida de su autora, Charlotte Bronte (nacida en 1816). Jane es huérfana, mientras que Bronte perdió a su madre a los 5. Bronte fue enviada a un internado con malas condiciones durante un año a los 8, que fue el prototipo de la escuela Lowood de la novela. Bronte era perpetuamente consciente de que no era guapa (confirmado por su editor George Smith), haciéndose eco de la sensibilidad de Jane con respecto a las apariencias físicas. Los primeros años de la vida de Bronte le allanaron un arduo camino de búsqueda de estima y provocaron una profunda influencia en su universo literario. Su perspicaz observación de la estructura de clases y su reflexión sobre la feminidad se transmiten a través de Jane Eyre con el hábil uso de recursos literarios.

Bronte utiliza la sátira para demostrar la diferencia de clases que algunas personas de rango superior intentan mantener. En el capítulo 6, el señor Brocklehurst, el maestro de la escuela de Lowood, un hombre deshonesto de clase alta que lleva una vida extravagante en privado, revela sin pudor su doctrina tóxica de la privación, que utiliza para manipular a las colegialas de orígenes empobrecidos. Mi misión es mortificar en estas muchachas los deseos de la carne", afirma, "enseñarles a vestirse con vergüenza y sobriedad, no con trenzas y ropas costosas..."."En este punto, Bronte interrumpe deliberadamente la línea del personaje e inserta una escena contrastante de la llegada de la familia de Brocklehurst: "El señor Brocklehurst fue interrumpido: otras tres visitantes, damas, entraron ahora en la habitación. Bronte utiliza el cambio irónico para burlarse de la hipocresía de la alta sociedad victoriana representada por el señor Brocklehurst. Sin embargo, Bronte no desea trastocar la jerarquía social, al menos no demasiado radicalmente. Al reencuentro final de Jane con Edward Rochester, su interés romántico de la clase alta, le sigue su herencia, unida a la pérdida de la propiedad y el cuerpo perfecto de Rochester. Este final apoya la noción de que las personas no nacen iguales, pero pueden alcanzar la igualdad más adelante en la vida. La perspectiva de igualdad de Bronte se basa en un nivel similar de indicadores de estatus, como la riqueza y un físico bello.

Bronte también utiliza el simbolismo para describir la feminidad en el siglo XIX. Bertha Mason, rival de Jane Eyre y esposa de Rochester, representa el lado rebelde que es innato en todos pero reprimido por una norma social que abraza la autorrepresión de la mujer. Bertha es encerrada por Rochester en un desván por su "intemperancia" mientras que Jane, una mujer "normal", es encerrada en su estatus subordinado. Ambas están oprimidas en una sociedad patriarcal que espera que las mujeres sean inferiores y estén bajo la autoridad de los hombres. La primera impresión que Jane tiene de Bertha es bastante dramática: "A primera vista, no se podía decir qué era, si una bestia o un ser humano: se arrastraba, aparentemente, a cuatro patas; gruñía y gruñía como un extraño animal salvaje; pero estaba cubierto de ropa y una gran cantidad de pelo oscuro y canoso, salvaje como una melena, le ocultaba la cabeza y la cara."La monstruosa imagen de Bertha simboliza la propensión de Jane a la autoexpresión. El hecho de que Jane identifique los rasgos vehementes de Bertha pero no los critique sugiere que, bajo su recato, Jane desea la libertad. No obstante, Jane opta por ajustarse a las normas victorianas y sigue presentándose como una mujer decente, obediente y casta, capaz de realizar las tareas domésticas. El argumento de que Jane se aleja de Rochester para evitar aceptar ser su amante refuerza aún más la conformidad del personaje con la moral dominante. Por último, la muerte accidental de Bertha simboliza que una mujer debe perder parte de su naturaleza para encajar en la esfera del matrimonio.

En resumen, Bronte retrata la jerarquía social y la reflexión de las mujeres sobre su destino en la patriarcal época victoriana mediante el uso literario de la sátira y el simbolismo en Jane Eyre. Bronte tiene sus limitaciones ideológicas cuando se trata de los prerrequisitos de la igualdad y la relación romántica. No obstante, su sentido de la autonomía de la mujer y la actitud intrépida de su heroína frente a los de rango superior se adelantan a su época.

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