Lo que ocurrió después de que un conductor ebrio cambiara mi vida

El 4 de mayo de 2021 iba a ser un martes normal. En lugar de eso, lo llamo mi "Día Vivo".

Es a la vez un día desgarrador de angustia y dolor, y un milagro poder celebrarlo. Es el día en que mi vida cambió para siempre sin que yo tuviera la culpa, sino por la decisión de otra persona de conducir supuestamente bajo los efectos del alcohol.

Cada día mueren en Estados Unidos 37 personas en accidentes relacionados con el alcohol. Es decir, una persona cada 39 minutos. Y el 4 de mayo de 2021, podría haber sido yo.

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Los primeros intervinientes en el lugar del accidente me dijeron que había tenido mucha suerte de no haber sido decapitado. Mi coche sufrió la mayor parte del traumatismo, pero aun así necesité 7 operaciones, 4 placas y 22 tornillos para recuperarme.

Sigo viendo esos faros cada vez que cierro los ojos, y mi imagen corporal, ahora gravemente alterada, y el dolor crónico son poco menos que deprimentes.

¿Y lo peor? Este accidente ni siquiera tuvo que producirse.

Eso fue lo que me motivó a tomar la decisión desde la cama del hospital de no amargarme por lo que me había ocurrido. En lugar de eso, decidí trabajar para impedir que este delito totalmente evitable afectara a otras personas y robara más vidas.

Y ahora, como presidenta nacional de Madres contra la Conducción Bajo los Efectos del Alcohol (MADD), eso es exactamente lo que estoy haciendo. Soy una de las pocas presidentas de MADD desde 1980 que no es madre, y quiero que todo el mundo sepa que esta organización está abierta a organizadores de todas las edades y condiciones de paternidad.

Creo que lo primero que tenemos que hacer es cambiar el discurso sobre la conducción bajo los efectos del alcohol, empezando por mi generación. Creo que podemos utilizar nuestro poder colectivo para eliminar definitivamente la conducción bajo los efectos del alcohol. Esto empieza con la Generación Z.

La verdad es que, antes de mi accidente, pensaba que conducir ebrio era cosa del pasado, un recuerdo que se desvanecía del mundo anterior a las aplicaciones de viajes compartidos como Uber y Lyft.

Servicios como éste han ayudado, sobre todo en las zonas urbanas, pero no han resuelto el problema por completo. De hecho, estas muertes evitables están aumentando desde el inicio de la pandemia. Las personas que siguieron conduciendo durante la pandemia pueden haber incurrido en conductas más arriesgadas, como exceso de velocidad, no llevar puesto el cinturón de seguridad y conducir bajo los efectos del alcohol u otras drogas, según una investigación de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras (NHTSA).

Me entristece aún más saber que se calcula que el 18% de los conductores menores de 21 años han admitido conducir bajo los efectos del alcohol. Además, según datos de la NHTSA, el 27% de todos los accidentes mortales relacionados con la conducción bajo los efectos del alcohol afectan a conductores de entre 21 y 24 años.

Como joven de 24 años, oigo excusas todo el tiempo:

"Un Uber es caro".

"Sólo he tomado unas copas. Puedo llegar a casa".

"Si dejo mi coche toda la noche, se lo llevará la grúa, y eso es una multa considerable".

Mi respuesta es sencilla: "El gasto medio de una infracción por conducir bajo los efectos del alcohol empieza en 20.000 dólares, incluidos honorarios de abogados, multas judiciales, etcétera. Eso si no hieres o matas a nadie o a ti mismo. Conducir ebrio es una elección. La solución no es una droga o cura milagrosa. En cambio, el poder para resolver el problema está dentro de cada uno. Tenemos que cambiar la conversación para siempre y dejar claro que, en cualquier situación, conducir ebrio o bajo los efectos del alcohol es inaceptable.

Si vas a salir y vas a beber alcohol, elabora un plan. Este proceso debe empezar antes del primer sorbo. Piensa en ello como un paso más de tu rutina, como parte de un vídeo de "Prepárate conmigo" en TikTok. A la hora de planificar una salida nocturna y decidir qué ropa ponerse, es aún más importante asegurarse de que existe un plan para que todo el mundo llegue a casa sano y salvo.

Estos cambios en nuestra forma de pensar y de hablar sobre el alcohol pueden parecer pequeños, pero podrían tener profundas repercusiones tanto en las comunidades como en las familias. Al elegir un conductor sobrio y designado, llamar a un servicio de transporte compartido o utilizar el transporte público, estás tomando una decisión importante que salvará vidas. Y aunque tengo la esperanza de que algún día podamos eliminar por completo este delito, me he dado cuenta de que no basta con hablar de la conducción bajo los efectos del alcohol. Debemos pasar a la acción.

Por eso he creado la Coalición 45, una nueva alianza de la Generación Z para la Generación Z. La Coalición 45 está formada por 45 líderes juveniles de todo el país para educar, prevenir y salvar vidas de accidentes de conducción bajo los efectos del alcohol y las drogas en sus comunidades.

La Generación Z no empezó este problema, pero tenemos el poder y la influencia para alterar el statu quo. Podemos ser la generación que haga que "presumir" de conducir ebrio o debatir sobre ponerse al volante bajo los efectos del alcohol sean cosas del pasado.

Al reunir a la Coalición 45, aprovecharemos los recursos existentes de MADD y crearemos mensajes y contenidos para las redes sociales que se dirijan a nuestra generación e influyan en ella.

Juntos cambiaremos las conversaciones y la cultura en torno a la conducción bajo los efectos del alcohol y las drogas. Todos debemos protegernos entre nosotros, a nuestras familias y a nuestras comunidades.

Sé que tengo suerte; tengo mi "Día Vivo". Trágicamente, demasiadas víctimas de la conducción bajo los efectos del alcohol y sus familias no lo tienen.

MADD proporciona servicios de apoyo a los supervivientes de la conducción bajo los efectos del alcohol o las drogas sin coste alguno a través de defensores locales de las víctimas y la Línea de Ayuda a las Víctimas 24 horas. Si usted o alguien que usted conoce necesita ayuda, MADD está aquí para usted en 1-877-MADD-HELP.