Los ingredientes tóxicos de nuestros productos de confianza

Según el EDF (Environmental Defense Fund), "La FDA (Food and Drug Administration) encontró plomo en el 98% de ciertas frutas enlatadas" Pero el plomo puede matar. Los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) afirman que "Más del 75% de los estadounidenses tienen ftalatos en su organismo" Los ftalatos, un plastificante, causan todo tipo de daños irreversibles a la salud humana. Estos son sólo algunos datos perjudiciales sobre las sustancias químicas tóxicas de los alimentos y productos que consumimos a diario. Ya no podemos fiarnos de nada de lo que hay en nuestras tiendas. Personalmente, por mucho que intente evitar comprar cualquier cosa nociva, cada día me entero de algo más peligroso que acecha en mis estanterías.

No todos los ingredientes nocivos pueden verse a simple vista. Los ftalatos, una sustancia química utilizada en el envasado de alimentos y material de producción, pueden filtrarse en alimentos y bebidas causando graves daños a la salud humana. En 2017, las pruebas de laboratorio encontraron ftalatos cancerígenos en 10 variedades de macarrones y queso en polvo. También se encuentran en fragancias y adhesivos para pestañas. Incluso en niveles bajos, los ftalatos pueden interferir con las hormonas humanas causando defectos de nacimiento, abortos espontáneos e infertilidad. También dañan el cerebro en desarrollo, provocando una reducción del cociente intelectual y trastornos de la atención y el comportamiento en los niños. Los bebés, los jóvenes y las personas económicamente inseguras corren un mayor riesgo de sufrir graves problemas de salud a causa de los ftalatos. Sin embargo, más del 75% de los estadounidenses tienen ftalatos en su organismo. En mi opinión, comer alimentos seguros es un derecho humano básico. Entonces, ¿por qué se sigue haciendo esto?

También sabemos que cada año mueren muchas personas envenenadas por plomo. También se sabe que el plomo daña nuestros órganos vitales: el cerebro, el sistema nervioso y el corazón. Los CDC afirman que no existe un nivel seguro de plomo en nuestra sangre. Esto se debe a que incluso la cantidad más pequeña contribuye a los efectos perjudiciales. Para reiterar, la FDA encontró plomo en el 98% de ciertas frutas enlatadas. Pero, sorprendentemente, el plomo se encuentra con más frecuencia en los alimentos infantiles. Se detectó plomo en el 20% de las muestras de alimentos para bebés, frente al 14% de los alimentos para adultos. Por poner un ejemplo, el 89% del zumo de uva para bebés y el 86% de las muestras de puré de boniato contenían niveles detectables de plomo. Para mí, esto es repugnante.

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Los pelos de nuestros chicos

También hay venenos al acecho en nuestros cosméticos. Todos los días nos enjabonamos el cuerpo con una serie de productos de belleza y salud. Pero, ¿sabemos realmente qué contienen? Creo que nadie debería verse sorprendido por sus productos de confianza. Los parabenos son conservantes que se encuentran en champús, lociones y otros productos. Los parabenos alteran el crecimiento, el metabolismo, las hormonas y el sistema reproductor, por nombrar algunos. El tolueno es un disolvente que se encuentra en los esmaltes de uñas y los tintes de pelo. Es tóxico para el cerebro y el sistema nervioso, así como para el desarrollo del feto.

Los PFAS, una clase de más de 4.000 sustancias químicas, están presentes en cosas que nos llevamos a la boca, como sartenes antiadherentes como el teflón, cajas de pizza, envoltorios de comida rápida e incluso el hilo dental Oral B Glide. También se encuentran en productos de belleza como bases de maquillaje, correctores, delineadores de ojos, cremas de afeitar, protectores solares y lacas para el pelo. Pueden provocar cáncer, daños hepáticos, disminución de la fertilidad, aumento del riesgo de asma y enfermedades tiroideas. Creo que esto es inaceptable. Debe acabar ya.

Sin embargo, hay esperanza. Inspirándonos en la sabiduría del antiguo filósofo chino Han Fei Zi, fundador de la ideología legalista, podemos replantearnos nuestras decisiones. Él creía que las instituciones políticas debían adaptarse a las cambiantes circunstancias históricas y pautas sociales. Esto se refleja en el problema de los ingredientes tóxicos de nuestros productos. A medida que descubrimos estos ingredientes mortales en nuestros productos, debemos seguir el ritmo de estos avances restringiendo su uso. Han Fei Zi consideraba muy importante que el gobernante estableciera el orden y la paz en la sociedad, reconociendo al mismo tiempo la codicia y el egoísmo de la gente. Esto se aplica a las grandes corporaciones de alimentos y cosméticos que nos envenenan porque sólo valoran sus beneficios, no nuestra seguridad. Los legalistas creen que la ley debe ser firme y justa; esto es exactamente lo que necesitamos hoy en día: "Las leyes son el medio de prohibir el error y descartar los motivos egoístas" (Han Fei Zi).

Estas enseñanzas legalistas lograron salvar a China de una época de disturbios durante el Periodo de los Estados Combatientes. También puede salvarnos a nosotros de los efectos tóxicos de miles de productos en nuestro organismo. El EDF descubrió que más de un millón de niños consumen más plomo que el límite establecido por la FDA. También descubrieron que eliminando el plomo de los alimentos, ahorraríamos a la sociedad más de 27.000 millones de dólares anuales en ganancias totales de por vida gracias a una salud cerebral bien mantenida. Además, muchas de estas sustancias químicas están prohibidas o restringidas en la UE, la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, Australia, Japón y Canadá. ¿Por qué un país tan grande e influyente como EE.UU. debería quedarse atrás? ¿Quieres ver a tu familia sufrir enfermedades miserables, cuando podemos evitarlo fácilmente? Es hora de que cambiemos esta triste realidad presionando a la FDA para que endurezca la normativa sobre estos productos químicos, tal y como habría hecho Han Fei Zi: "Si la ley no impone respeto, entonces todas las acciones del gobernante estarán en peligro. Si no se aplican las penas, nunca se superará el mal" (Han Fei Zi 280 - 233 a.C.).