Los jóvenes exigen el fin de las prospecciones petrolíferas, ¿por qué Estados Unidos y el Reino Unido no escuchan?
Estados Unidos y el Reino Unido han sido durante mucho tiempo participantes centrales en el G7, la OTAN y las Naciones Unidas. Ambos países ostentan un poder desproporcionado en la configuración de la geopolítica, la política energética mundial y el futuro colectivo de la humanidad en la Tierra. Pero a pesar de sus grandes carteras gubernamentales, Estados Unidos y el Reino Unido no están produciendo las soluciones más audaces y progresistas para abordar la crisis climática y lograr la justicia medioambiental. La gente se está dando cuenta ahora de la horrible realidad de que el decrecimiento puede ser esquivo cuando el statu quo beneficia a los individuos ricos y a las corporaciones.
En septiembre, salimos a las calles de Nueva York para la Marcha para Acabar con los Combustibles Fósiles. Con cerca de 75.000 personas, desde Alaska hasta el Amazonas y más, exigimos al Presidente Biden que utilizara sus poderes ejecutivos para detener las aprobaciones federales de proyectos de combustibles fósiles, eliminar gradualmente la producción de combustibles fósiles en tierras y aguas públicas, y proporcionar una transición justa a las energías renovables.
Para nosotros, la acción climática es algo más que movilizar a nuestra generación; es una llamada de atención a todo el mundo para decir que tenemos que abordar las raíces de la destrucción climática -racismo, capitalismo y colonialismo- para hacer los cambios necesarios para el futuro. Y necesitamos que nuestros líderes nos escuchen.
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Tras un desgarrador verano de devastación climática, el Presidente Biden y el Primer Ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, fueron algunos de los líderes que decidieron no asistir a la Cumbre de la ONU sobre la Ambición Climática. Ahora siguen adelante con nuevos proyectos de perforación en alta mar, a pesar de las consecuencias climáticas y la oposición masiva.
En 2020, el presidente Biden prometió: "No más perforaciones en tierras federales. No más perforaciones, incluyendo en alta mar". Pero la administración Biden acaba de finalizar su Programa Quinquenal de perforaciones marinas. La reducción del número de ventas de arrendamientos de 11 a 3 en el programa final es un testimonio de la presión del movimiento climático sobre la administración Biden; sin embargo, el programa también abre vastas franjas de aguas públicas en el Golfo de México a nuevos arrendamientos.
Los científicos han afirmado en repetidas ocasiones que no podemos desarrollar ninguna nueva infraestructura de combustibles fósiles si queremos evitar un cambio climático irreversible y catastrófico. La pasada primavera, muchos expresaron su indignación por los nuevos proyectos de combustibles fósiles cuando la aprobación del proyecto Willow de ConocoPhillips en Alaska -el mayor desarrollo de combustibles fósiles jamás propuesto en tierras federales- desató la oposición de más de 5,2 millones de personas.
Las inversiones de la Ley de Reducción de la Inflación están dando grandes pasos hacia la electrificación y el despliegue de energías limpias, pero no podemos lograr la justicia medioambiental sin eliminar progresivamente los combustibles fósiles. Antes del anuncio del Programa Quinquenal, 204 organizaciones escribieron al gobierno de Biden para pedir un programa sin nuevos arrendamientos para perforaciones de petróleo y gas. Miembros del Congreso, encabezados por los representantes Pallone y Grijalva, escribieron una carta pidiendo al presidente Biden que hiciera lo mismo. En un momento en que la costa del Golfo está experimentando temperaturas récord en los océanos e incendios forestales sin precedentes causados por el cambio climático, tenemos que detener las perforaciones en alta mar, no ampliarlas.
Las ventas de arrendamientos del programa no producirían nuevos yacimientos de petróleo y gas después de 2030, año en el que la administración se ha comprometido a reducir las emisiones en un 50%. Mientras tanto, el Reino Unido aprobó recientemente el proyecto Rosebank, una nueva perforación en alta mar en el mayor yacimiento petrolífero sin explotar del Mar del Norte, con la que se prevé extraer petróleo hasta 2050. Un compromiso tan amplio con la producción de combustibles fósiles, en medio del imperativo mundial de alternativas energéticas renovables, es temerario y peligroso. Echando más leña al fuego, el gobierno del Primer Ministro Sunak acaba de anunciar una marcha atrás en algunas políticas nacionales clave para cumplir el objetivo de cero emisiones netas del Reino Unido para 2050.
Rosebank es un proyecto de perforación en colaboración desarrollado y explotado por Equinor, la empresa soberana noruega de petróleo y gas, propietaria del 80% del proyecto, e Ithaca Energy, propietaria del 20% restante. Las emisiones resultantes de la combustión de petróleo y gas equivaldrían al total anual de emisiones de CO2 de los más de 700 millones de habitantes de las 28 naciones con menores ingresos del mundo. Esto es asombroso, y ya es hora de que las autodenominadas "democracias líderes" elijan el clima y las comunidades por encima de la industria.
Tanto el Reino Unido como Estados Unidos poseen un exceso de combustibles fósiles: El Reino Unido exporta el 80% del petróleo y el 61% del gas del Mar del Norte; Estados Unidos alcanzará un récord de producción en 2023 y 2024, convirtiéndose en exportador neto. Esta realidad deja claro que la aprobación de nuevos combustibles fósiles no contribuye a reducir los costes de la energía, a reforzar la independencia energética ni a apoyar el desarrollo en el Sur Global; por el contrario, profundiza la dependencia occidental de la energía sucia. Por no mencionar que se prevé que la demanda disminuya considerablemente en Estados Unidos con las nuevas políticas de energía limpia.
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Existe una preocupante discrepancia entre lo que pide la gente y lo que hacen nuestros dirigentes. Es una brecha que va más allá de las diferencias ideológicas, de edad y de origen. Se refleja en el propio sistema de la sociedad y la política occidentales. Tras años de conversaciones sobre la crisis climática, estamos listos para la acción. El Presidente Biden, el Primer Ministro Sunak y los líderes de todo el mundo deben poner fin a la era de los combustibles fósiles e iniciar una transición hacia las energías renovables de origen justo.
