Marijuanas en el bolsillo, ¡puede que no te mire más!

Marijuanas en el bolsillo, ¡puede que no te mire más!

¿Son las drogas tan malas como parece? En todo el mundo, las drogas se están convirtiendo en un problema cada vez mayor. Con el rápido desarrollo tecnológico, las drogas son cada vez más potentes. En consecuencia, el impacto causado por las drogas se ha vuelto mucho más grave. Tradicionalmente, la cocaína y el LSD prevalecían en el consumo de drogas. Aunque suponen un grave daño para la salud de los consumidores, son mucho menos graves en comparación con el fentanilo, una droga que se consume mucho hoy en día. El cambio en la forma de las drogas no sólo dificulta la rehabilitación, sino que también hace que más personas -el público en general- estén expuestas a ellas.

En la última década se ha producido un aumento continuo del consumo de drogas. Esta tendencia no sólo es visible en un determinado país, sino que se trata de un fenómeno global. Este fenómeno global supone un gran riesgo para la sociedad. Además, mientras que tradicionalmente las drogas eran consumidas por adultos, cada vez más adolescentes y generaciones jóvenes se ven afectados por las drogas, lo que causa un gran daño a la sociedad. Según las estadísticas del Centro Nacional de Abuso de Drogas, más del 11,2% de los fallecidos por sobredosis tienen entre 15 y 24 años y más del 50% de los adolescentes han consumido drogas al menos una vez en su vida. Por tanto, el consumo de drogas aumenta rápidamente, afectando a los adolescentes más jóvenes a medida que pasa el tiempo.

Con el rápido aumento del consumo de drogas, la creencia convencional de que las drogas son siempre malas sea cual sea el caso se está desmoronando. Una creciente voz social defiende que el consumo de drogas es aceptable hasta cierto punto y puede tener algunos beneficios potenciales. Sin embargo, antes de redefinir las drogas es necesario evaluar a fondo la creencia establecida de que su consumo nunca debe racionalizarse.

En primer lugar, la delincuencia y la violencia están relacionadas con un mayor consumo de drogas. Al ser ilegal el tráfico de drogas en manos privadas, el comercio de drogas provoca conflictos y peligros inherentes entre los compradores y el traficante. Además, las personas adictas pueden recurrir al robo o a otras actividades ilegales para financiar su consumo de drogas. Por otra parte, un mayor consumo de drogas puede perjudicar también a otras personas no adictas. Las familias, por ejemplo, se ven gravemente afectadas por la presencia de grandes consumidores de drogas en sus hogares. El abuso de drogas puede provocar rupturas familiares o empeorar las relaciones, ya que la mayoría de los drogadictos son incapaces de mantener un pensamiento racional y la capacidad de comunicación. Esto también puede afectar a los niños, ya que dependen en gran medida de sus padres. Si sus padres son drogodependientes, es muy probable que el niño se vea gravemente desatendido, ya que los padres son incapaces de satisfacer las necesidades de sus hijos, como proporcionarles alimentos o mantener una buena salud.

Por otro lado, algunas drogas pueden considerarse beneficiosas hasta cierto punto. Por ejemplo, hay ciertos estupefacientes "más débiles", como la hierba, que se legalizó en Tailandia. Tailandia presenta cómo una nación puede funcionar plenamente incluso con algunas drogas legales para el público y los turistas. Ámsterdam también es una ciudad conocida por su tolerancia hacia las drogas. Sin embargo, esta actividad no convierte a la ciudad ni a los Países Bajos en su conjunto en un lugar pecaminoso ni peligroso. Como demuestran los ejemplos del mundo real, no todas las drogas deben verse con implicaciones negativas. Además, algunos economistas creen que las drogas pueden ser beneficiosas en algunos casos. Por ejemplo, el dinero de la droga pudo, de hecho, sostener la economía en 2008, lo que impidió que la economía se hundiera. Antonio Maria Costa, director de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, afirma que el dinero de la droga era "el único capital de inversión líquido" que los bancos podían utilizar. Así pues, las drogas no sólo tienen un impacto negativo, sino también positivo en el conjunto de la sociedad y su economía.

Además, el uso de fármacos puede ser extremadamente útil cuando se trata de pacientes enfermos que sufren dolores insufribles. Para los pacientes que sufren dolores intensos, el uso de fármacos puede ayudar a aliviarlos, permitiendo que el tratamiento continúe sin grandes dificultades para el paciente. Por ejemplo, la marihuana medicinal se utiliza habitualmente para los pacientes que sufren dolor. Sin ellos, la calidad de vida de los pacientes se vería seriamente comprometida. Estos fármacos médicos no sólo se utilizan para el dolor, sino también para trastornos emocionales como el TEPT. Se sabe que los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y las benzodiacepinas son útiles para los pacientes que sufren malestar emocional. Por ello, al analizar el impacto de los fármacos en la sociedad, es importante tener en cuenta tanto los beneficios como las desventajas.

Desde un punto de vista holístico, las drogas no deberían considerarse siempre un hecho negativo. Aunque hay algunos problemas de salud y otros factores sociales que hacen que las drogas sean perjudiciales para la sociedad, no deberían ser tabú por su perspectiva en sí. De hecho, la marihuana no fue ilegal hasta que los intereses políticos de los años setenta la hicieron ilegal. Además, es un instinto humano sentir un impulso de curiosidad por aquellos hechos que están prohibidos. En lugar de rechazar las drogas en sí sin analizarlas y estudiarlas detenidamente, sería mucho más sensato evaluar los beneficios y los peligros de su consumo para extraer el máximo provecho.

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