Mi papá tiene demencia

La pérdida de memoria es algo que a menudo asociamos con la vejez, pero ¿qué sucede cuando uno de tus padres enfrenta una enfermedad debilitante de pérdida de memoria? Este es un relato sobre cómo una joven aprendió a aceptar la enfermedad de su padre.

‘Eso es tan demente’ es uno de esos comentarios sin sentido que escuchas en el recreo, ¿verdad? Yo pensaba así, hasta hace poco. Creí que ‘demente’ era solo otra forma de llamar a alguien ‘estúpido’ o ‘tonto’. Pero ahora la palabra ha cobrado un significado completamente diferente para mí. Mi papá tiene demencia. Es una enfermedad que afecta su memoria, y a medida que avanza, afectará otras funciones, como su razonamiento y toma de decisiones, cómo percibe el mundo, cómo habla y cómo actúa.

Su memoria ha estado deteriorándose gradualmente a medida que ha ido envejeciendo. Pero solo parecía un comportamiento típico de los hombres en mi familia, que siempre fueron olvidadizos y vagos. Olvidaba lo que mamá le había pedido hacer. Ella le enviaba a las tiendas a comprar leche, solo para descubrir más tarde que había comprado pan en su lugar porque no podía recordar lo que debía comprar.

Gradualmente, se ha vuelto peor. Ahora le cuesta nombrar cosas, así que se refiere a todo en términos generales. Comienza a contarles a sus amigos sobre lo que hago en la universidad, solo para quedarse en silencio porque no puede recordar exactamente lo que estoy haciendo. Es fácil enojarse con él por olvidar, especialmente cuando algunas de las cosas que olvida son sobre mi vida o son cosas importantes para mí. Es frustrante, pero debo recordar que no es su culpa. Gritarle o enojarme no va a ayudar ni a él ni a mí. He aprendido a ser muy paciente: explicar las cosas claramente, a veces varias veces. A veces tengo que escribirle notas para ayudarle a recordar.

He encontrado que es útil pensar en cómo debe sentirse. Debe ser aterrador darse cuenta de que no puede recordar cosas como a dónde va, o el nombre del suburbio donde vive su hija. La realidad es que no va a mejorar. Es bastante probable que empeore. Eventualmente, podría necesitar cuidados.

He comenzado a hablar más con amigos míos cuyos abuelos tuvieron demencia sobre lo que pasaron. Ellos parecen entender lo que es vivir esto. Mi mamá ha decidido unirse a un grupo de apoyo para parejas, hijos, nietos y amigos que cuidan a personas con enfermedades como la demencia. Es genial hablar con personas que saben por lo que estamos pasando, personas que conocen cuán frustrante es esta enfermedad, no solo para quienes la padecen, sino también para quienes los rodean.

Padre e hija sonriendo

Categorías:

Noticias relacionadas