Proteger nuestra intimidad

Proteger nuestra intimidad

Si un día mi gata pudiera entender el lenguaje humano, hablar y vagar libremente por el vecindario charlando con otros gatos sobre sus respectivos dueños, me sentiría muy incómoda. Conoce literalmente todos mis secretos: cuando veo la tele, se tumba en mi regazo, me mira hurgarse la nariz y babear. Cuando me ducho, entra descaradamente en el cuarto de baño y mira con confianza mi cuerpo desnudo.

Por desgracia, en la sociedad moderna, todo esto es real. El auge de las redes sociales hace que la vida de la gente sea cada vez más transparente, y algunos incluso ansían este tipo de transparencia. Miles de personas viven cada día frente a las cámaras y las redes sociales, compartiendo apasionadamente lo que han desayunado y por qué han roto con sus ex. La gente se expone a través de textos, imágenes y vídeos, formando una red masiva de imágenes e información de miles de millones de personas.

Además, la gente se ve obligada constantemente a exponerse a la vigilancia de "monitores" digitales: sitios web de compras como Amazon y Ali registran nuestros hábitos de compra; Google vigila nuestro historial de búsquedas; Facebook, Weibo y otros medios sociales espían nuestras redes sociales. A veces, no podemos utilizar una aplicación a menos que hagamos clic en la casilla "Acepto la política de privacidad".

Aunque los gatos solo pueden asomarse a nuestra intimidad unilateralmente sin hablar, la sociedad cada vez más transparente pone a menudo nuestra privacidad en riesgo de exposición. En 2015, se filtró información sobre la identidad personal del 78,2 % de los usuarios chinos en línea. No se trata de un suceso raro. En los últimos años, se han producido numerosas filtraciones de privacidad de más de mil millones de usuarios/personas en todo el mundo. Por ejemplo, Yahoo filtró 3.000 millones de datos de cuentas en 2019, mientras que el sitio web del Gobierno indio filtró 1.000 millones de datos de ciudadanos.

Las frecuentes violaciones de la privacidad personal se han convertido en un factor importante que afecta a la seguridad social. En 2021, el 32% de los casos de fraude en las telecomunicaciones denunciados en China estaban relacionados con la filtración de datos personales. La información de viaje de muchas personas infectadas quedó expuesta en las comunidades digitales, lo que provocó varios eventos intensos en los cibernautas. La transparencia social acerca a las personas en el espacio, pero las distancia mentalmente.

Si las personas no tienen intimidad, ¿dónde quedan su seguridad y su dignidad? ¿Seguirá habiendo confianza y virtud entre las personas?

El llamamiento de Rousseau a la distancia sigue siendo aplicable hoy en día: "Nunca hagas ni digas nada que no quieras que todo el mundo vea u oiga" La confidencialidad, como concepto opuesto a la transparencia, promueve una remodelación de la distancia corroída en una sociedad transparente, dando espacio y cobijo a lo incierto y desconocido. De este modo, el control invisible disminuirá gradualmente, y la autonomía regresará en silencio.

Si mi gato pudiera hablar, pero no quisiera que mis secretos salieran a la luz, la única solución sería utilizar una jaula para gatos.

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