Reconectar con el cuerpo: Gestión del impacto físico del trauma sexual

Bienvenidos de nuevo, lectores: esta es la segunda parte de una serie de tres partes sobre los efectos físicos del trauma sexual. Si aún no has visto la primera parte, consúltala aquí. Como siempre, por favor, se amable contigo mismo mientras trabajas con todo este contenido, y date el tiempo y el espacio que necesitas para digerirlo.

Las reacciones del organismo al trauma sexual son variadas y complejas. Abordarlas requiere un enfoque de atención en equipo. Los supervivientes pueden beneficiarse de la ayuda de proveedores de salud mental, médicos y profesionales de la salud aliados, y proveedores de cuidados complementarios como acupuntores y masajistas. Los grupos de apoyo y las comunidades en línea para supervivientes de traumas sexuales (incluidos los tablones de anuncios de Scarleteen) también pueden ser lugares de curación increíblemente poderosos.

En este artículo, nos centraremos en las opciones de tratamiento para los efectos pélvicos que pueden experimentar los supervivientes. Para los supervivientes que luchan contra los síntomas pélvicos, la fisioterapia pélvica puede ser un componente inestimable del proceso de recuperación.

Tratamiento de problemas pélvicos tras un traumatismo

En mi experiencia clínica, los supervivientes que acuden a la fisioterapia pélvica en busca de ayuda suelen estar en uno de los dos bandos siguientes: los músculos del suelo pélvico están constantemente tensos y sensibles, o se han desconectado completamente de la región pélvica y experimentan muy poca o ninguna sensación en ella.

Por supuesto, cada cuerpo es único: algunas personas presentarán una combinación de estos patrones y otras no encajarán perfectamente en ninguna clasificación. A pesar de ello, estas dos categorías proporcionan un marco útil para comprender cómo un fisioterapeuta pélvico puede ayudarte a elaborar un régimen de tratamiento adaptado a tus problemas específicos.

He aquí una estructura que podemos utilizar para comprender mejor algunas opciones de tratamiento para las personas con problemas de salud pélvica.

Patrón pélvico
"Tenso y sensible" "Desconectado"
Síntomas comunes Dolor pélvico

Dolor genital

Estreñimiento

Dificultad para vaciar la vejiga

Dolor con el sexo

Dificultad para alcanzar el orgasmo

Pérdidas de orina con movimientos bruscos, estornudos, etc.

Dolor pélvico

Los genitales se sienten "entumecidos"

Pérdida de control intestinal

Pérdidas de orina, a veces sin sentirlas

Falta de sensación durante las relaciones sexuales

Dificultad para alcanzar el orgasmo

Hallazgos comunes del examen Los músculos del suelo pélvico están tensos y demasiado "elásticos"

El paciente informa de sensibilidad o sensibilidad al contacto con estos músculos

Los músculos del suelo pélvico pueden estar ligeramente "flojos", o pueden sentirse típicos.

El paciente afirma que "no siente nada" durante el examen

Objetivos del tratamiento Relajar y liberar la tensión muscular

Disminución de la sensibilidad de los músculos pélvicos (para disminuir el dolor al contacto)

Restablecimiento de la sensibilidad muscular típica

Restablecer la coordinación muscular (la capacidad de contraerse/relajarse cuando es necesario)

Reconectar el sistema nervioso de la persona (cerebro, médula espinal, nervios) con su región pélvica.

Recuperación de la sensibilidad en la región pélvica

Recuperación del tono y la coordinación de los músculos pélvicos

Tratamientos habituales Equilibrar el sistema nervioso central (es decir, reducir la actividad excesiva y el estado de alerta)

Terapias manuales

Ejercicios específicos y reeducación de los músculos y nervios de todo el cuerpo.

Programas de autocuidado para practicar con uno mismo

Estos patrones pueden aparecer en personas de todos los sexos con cualquier tipo de anatomía genital: independientemente de los genitales de un superviviente, pueden desarrollar problemas en sus tejidos pélvicos como resultado del trauma que han experimentado.

Recuerde que se trata de un marco generalizado: algunas personas tendrán una combinación de elementos de ambas columnas. Para estas personas, a menudo es necesario combinar elementos de ambas columnas para tratar adecuadamente su enfermedad.

¿Quétienen quever el cerebro (y la médula espinal)?

En la tabla anterior, observará que "equilibrar el sistema nervioso central" es un enfoque de tratamiento común a ambos subtipos. Esto se debe a que el sistema nervioso central (SNC) está universalmente afectado en los supervivientes de un trauma sexual.

El SNC está formado por el cerebro y la médula espinal. Influye en el funcionamiento de casi todos los sistemas corporales, desde los músculos y los órganos hasta el cerebro y las hormonas. Sin SNC, no estarías vivo.

En resumen, si ignoramos el sistema nervioso durante el tratamiento, nos estamos perdiendo una pieza realmente crítica del rompecabezas. Hagamos un pequeño desvío para hablar de este elemento crítico de la atención postraumática.

Lucha, huida, congelación, cervatillo: Las respuestas traumáticas del SNC

Es posible que haya oído alguna vez el término "luchar o huir": esta frase común se refiere a las dos formas en que podemos reaccionar ante acontecimientos traumáticos. Algunos lo llaman "instinto de supervivencia": cuando nos enfrentamos a una situación amenazante, nuestro sistema nervioso se pone en marcha para ayudarnos a responder a la amenaza potencial.

Sin embargo, hay más de dos formas en las que el SNC puede responder a posibles amenazas. Piensa en lo siguiente:

  • Luchar: defenderse (física o verbalmente) de la amenaza.
  • Huir: alejarse físicamente de la situación amenazante.
  • Inmovilizarse: ser incapaz de responder (verbal o físicamente, o ambas cosas).
  • Apaciguar: intentar apaciguar al posible traumatizador para evitar que se produzca el trauma.

Los detalles de cada una de estas posibles respuestas están fuera del alcance de este artículo, pero puedes aprender más sobre ellas aquí y aquí. Por ahora, es importante entender que estas respuestas al trauma son comunes y pueden solaparse (es decir, una persona en una situación traumática puede responder de dos o más formas a la vez).

En segundo lugar, hay que saber que todas estas respuestas ponen al SNC en un estado de hipervigilancia: el cerebro y los nervios "se ponen a tope" para ayudar al cuerpo a responder a la amenaza potencial lo antes posible.

En tercer lugar, las respuestas al trauma están pensadas para ayudar a las personas a responder a los sucesos traumáticos a medida que ocurren. El SNC no está diseñado para estar en un estado de hipervigilancia durante días, semanas o meses. Si su SNC permanece hiperactivado mucho tiempo después de que haya pasado una amenaza potencial, puede agotarle física, mental y emocionalmente.

El SNC hiperactivo: una receta para el dolor y el agotamiento

En comparación con las personas que no han vivido acontecimientos traumáticos, las que los han padecido son más propensas a entrar y permanecer en estados de hipervigilancia. Los investigadores pueden hacer un seguimiento de estos patrones midiendo los niveles de hormonas del estrés en los supervivientes y comparándolos con los de las personas que no han sufrido traumas. Las personas que han sufrido un trauma suelen tener niveles de hormonas del estrés superiores a la media, sobre todo cuando se les recuerda su experiencia traumática.

El estrés y las hormonas que genera no son del todo malas. Las hormonas del estrés ayudan a nuestro organismo a responder eficazmente a posibles amenazas: nos permiten sobrevivir en condiciones adversas, huir del peligro y defendernos cuando es necesario. Son las sustancias químicas que permiten a las personas realizar hazañas aparentemente sobrehumanas, como mover enormes escombros en una catástrofe o llevar a otra persona a un lugar seguro: nos ayudan a sobrevivir y a proteger a los demás.

Sin embargo, el cuerpo humano no está diseñado para estar inundado de hormonas del estrés todo el tiempo. Estas sustancias químicas ordenan a todos nuestros sistemas corporales que permanezcan en alerta máxima: nuestros músculos permanecen tensos, nuestra digestión se ralentiza, nuestros sentidos permanecen agudizados. Los niveles crónicamente elevados de hormonas del estrés pueden agotar rápidamente nuestros sistemas orgánicos clave. Por eso, un SNC hipervigilante puede ser contraproducente. Si el cuerpo y la mente están en modo de alerta máxima, nunca se descansa. Sus sistemas nunca tienen la oportunidad de descansar, recuperarse y reconstruirse. Esta falta de tiempo de recuperación puede provocar agotamiento y fatiga crónica.

Además, cuando las hormonas del estrés, como el cortisol, están presentes en niveles elevados durante un periodo prolongado, nuestro organismo deja de responder bien a ellas. Los patrones naturales de señalización entre las diferentes regiones del cuerpo se alteran. A medida que los tejidos se vuelven menos sensibles a los efectos antiinflamatorios del cortisol, aumenta la inflamación en todo el cuerpo. Estos cambios pueden provocar la aparición de dolor crónico en una o varias regiones del cuerpo.

TL;DR: El SNC es el motor que impulsa muchos de los efectos físicos que pueden experimentar los supervivientes de traumas sexuales. Muchas técnicas de tratamiento postraumático pretenden "recablear" el SNC, reducir los niveles de cortisol y disminuir la hipervigilancia.

Calmar el SNC en fisioterapia

Si experimenta síntomas físicos tras un traumatismo sexual, probablemente podría beneficiarse de consultar a un fisioterapeuta formado en atención postraumática. Muchas personas asocian la fisioterapia con el ejercicio, pero puede -y debe- ser mucho más.

Para beneficiarse de cualquier tratamiento físico, el cuerpo debe ser capaz de aceptar estímulos curativos. Sin embargo, si tu sistema nervioso central envía constantemente señales de "¡alerta!", es difícil que tú y tu cuerpo os concentréis en otra cosa. Por eso, es posible que tú y tu fisioterapeuta necesitéis empezar por centraros en técnicas para calmar un sistema nervioso hiperactivo.

He aquí algunas técnicas que pueden ayudar a calmar el SNC y preparar el cuerpo para otras intervenciones curativas:

  • Respiración diafragmática (también conocida como "respiración abdominal") en patrones específicos
  • Relajación muscular progresiva
  • Exploraciones corporales
  • Trabajo/masaje suave de los tejidos blandos
  • Acupuntura (a cargo de un acupuntor titulado) o acupresión
  • Meditación guiada
  • Estiramientos suaves de todo el cuerpo
  • Golpeteo terapéutico (EFT)
  • Terapias energéticas alternativas como Reiki o terapia craneosacral

Desde luego, esta lista no es exhaustiva, y las técnicas que funcionan bien para algunas personas pueden ser ineficaces para otras (y viceversa). Tu fisioterapeuta y el resto del equipo asistencial pueden trabajar contigo para encontrar las estrategias que mejor se adapten a ti y a tu SNC particular.

Recuerde que cada viaje de recuperación es único. Para algunas personas, estas etapas iniciales de tranquilización del SNC pueden llevar semanas o meses; para otras, los cambios se producen más rápidamente. Algunos supervivientes nunca llegan a calmar por completo su SNC ni a resolver por completo todos los efectos físicos del trauma; sin embargo, casi siempre es posible alcanzar cierto grado de curación.

Ninguna situación es "mejor" que otra: lo más importante es dar a tu cuerpo el tiempo que necesita para alcanzar su potencial curativo único.

Próximos pasos: Llegar a los tejidos

Aunque el SNC es una pieza fundamental del rompecabezas, no es el único factor que contribuye a los efectos físicos que pueden experimentar los supervivientes de traumatismos. Estos efectos a menudo se centran en y alrededor de la pelvis, y cuando lo hacen, un fisioterapeuta entrenado en salud pélvica puede ayudar.

Por desgracia, no hay muchos estudios de investigación que hayan clasificado específicamente todos los síntomas físicos por los que los supervivientes de traumas sexuales buscan atención.

Sin embargo, muchos de los que trabajamos con supervivientes observamos patrones comunes en sus cuerpos y creamos marcos mentales como el que he mostrado en la tabla anterior. Podemos utilizar estos marcos para ayudarnos a determinar los tipos de tratamientos que tienen más probabilidades de ayudar a cada individuo. Consideremos algunas de esas opciones de tratamiento.

Técnicas para recuperar la sensibilidad

Los nervios del SNC (el cerebro y la médula espinal) no son los únicos afectados por un traumatismo sexual. Los nervios locales dentro y alrededor de la pelvis también pueden verse afectados: algunos nervios se vuelven hipersensibles y otros se "desconectan". Estos cambios en los nervios pélvicos pueden afectar significativamente a funciones clave de la pelvis, desde orinar hasta mantener relaciones sexuales o simplemente mantenerse erguido.

Si los nervios pélvicos se vuelven hipersensibles, puede experimentar dolor en respuesta a determinados desencadenantes. La actividad sexual, los exámenes pélvicos, orinar y defecar, permanecer sentada durante mucho tiempo e incluso la ropa ajustada pueden desencadenar sensibilidad y molestias físicas.

En estos casos, los nervios extrasensibles malinterpretan señales que normalmente no serían dolorosas, como la presión al defecar, como potencialmente peligrosas. Los nervios generan señales de dolor para comunicar mensajes de "¡peligro!" al cerebro, aunque no haya nada que te ponga en peligro en ese momento.

Por otro lado, si los nervios pélvicos se han "desconectado", es posible que no se comuniquen correctamente con los músculos, la piel u otros tejidos. Los genitales y otras zonas pueden sentirse entumecidos o desconectados del cuerpo. Es posible que tenga dificultades para excitarse o mantenerse excitada durante la actividad sexual (sola o en pareja) y que le cueste llegar al orgasmo mediante la estimulación de los genitales. (Esto no significa que nunca pueda tener un orgasmo si lo desea: simplemente puede descubrir que el tacto genital no es su vía más eficaz para la excitación o el orgasmo). Como los músculos pélvicos no reciben las señales correctas de los nervios, es posible que te cueste controlar y regular la vejiga o los intestinos.

Independientemente del estado de tus nervios pélvicos, puedes aprender estrategias para restablecer su sensibilidad normal. En el caso de los nervios hipersensibles, las técnicas de desensibilización suelen ser útiles. Éstas pueden incluir:

  • Tocar o presionar suavemente las zonas sensibles para acostumbrarlas a un contacto no doloroso.
  • Colocar o cepillar un tejido suave sobre las zonas sensibles.
  • Aplicar algo frío, como una bolsa de hielo o una toalla húmeda.
  • Aplicar algo caliente, como una almohadilla térmica

Las personas con nervios pélvicos "desconectados" suelen beneficiarse más de las técnicas que ayudan a "despertar" los nervios. Por ejemplo

  • Golpear suavemente la zona afectada con las yemas de los dedos para estimular la sensibilidad
  • Vibración y/o presión suaves sobre la zona afectada
  • Auto-masaje de la zona para estimular el flujo sanguíneo y la sensibilidad
  • Utilizar un espejo para examinar y observar mientras se toca suavemente la zona afectada (esto ayuda al cerebro y a los nervios a reconectarse y comunicarse mejor)
  • Ejercicios sencillos para contraer y relajar los músculos de la zona afectada
  • Estimulación eléctrica suave con dispositivos especiales que estimulan a través de la piel

Si no estás segura de a qué categoría perteneces, un fisioterapeuta pélvico puede ayudarte a averiguarlo. Consulta estas páginas web para encontrar un fisioterapeuta pélvico cerca de ti:

  • Rehabilitación pélvica
  • Localizador PT
Estrategias para reducir la tensión muscular

La tirantez y la tensión muscular son reacciones muy comunes a los traumatismos y al estrés crónico. Surgen como reacción natural del cuerpo a las amenazas percibidas, y son impulsadas por el SNC y la respuesta de lucha/huida/congelación/desmayo.

Sin embargo, la mayoría de nuestros músculos no están diseñados para permanecer contraídos durante largos periodos de tiempo. Cuando se les obliga a hacerlo, se cansan y acaban doliendo. Este tipo de tensión y dolor muscular puede producirse en cualquier parte del cuerpo y afectar a varias zonas a la vez. Muchos supervivientes refieren dolor persistente en la espalda, el abdomen, el cuello y/o la cabeza.

Como fisioterapeutas especializados en pelvis, también encontramos estos patrones en los músculos del suelo pélvico de nuestras clientas. Una tensión muscular excesiva puede alterar muchas funciones clave del suelo pélvico. Un suelo pélvico tenso puede dificultar el vaciado completo de la vejiga, causar dolor o dificultad al hacer caca y hacer que las relaciones sexuales sean dolorosas y/o menos placenteras.

Afortunadamente, hay múltiples herramientas disponibles para ayudar a reducir esta tensión muscular y el dolor que puede causar. Estas son algunas de las estrategias que recomendamos habitualmente para reducir la tensión muscular:

  • Terapia manual (con las manos) como masajes, movilización articular, liberación miofascial, ventosas, etc.
  • Estiramientos con o sin asistencia
  • Punción seca funcional
  • Ejercicios para contraer suavemente y luego relajar completamente los músculos
  • Relajación muscular progresiva guiada
  • Utilización de dispositivos médicos para ayudar al autocuidado en casa:
    • Entrenadores vaginales para estirar suavemente los músculos del suelo pélvico.
    • Varillas pélvicas para realizar terapia manual en los músculos del interior de la pelvis.

Los fisioterapeutas pélvicos hemos recibido formación avanzada para especializarnos en la salud pélvica, pero también somos fisioterapeutas de todo el cuerpo. Dado que el cuerpo humano es un sistema complicado de piezas interconectadas, tenemos en cuenta todas las partes que podrían influir en una zona de dolor o problemas. Aunque experimentes tensión muscular principalmente en la pelvis, es posible que tú y tu fisioterapeuta identifiquéis músculos en otras regiones del cuerpo que también necesitan atención.

Reducir la tensión muscular en todo el cuerpo puede ayudar a restablecer el equilibrio en las zonas más dolorosas y problemáticas. Puede ser un proceso lento, pero con tiempo y cuidados suaves, los músculos pueden aprender a liberarse y soltarse.

Métodos para reentrenar músculos y nervios

Cuando los estímulos traumáticos alteran la sensación normal y crean un exceso de tensión muscular, el cuerpo debe aprender a adaptarse, pero a veces estas adaptaciones causan problemas. Los músculos pueden olvidar cómo contraerse o relajarse en los momentos adecuados. Pueden perder la coordinación o la resistencia que necesitan para funcionar con eficacia.

Sin embargo, a medida que tu sensibilidad se estabiliza y tus músculos aprenden a liberar el exceso de tensión, puedes empezar a enseñarles a responder correctamente de nuevo. Tu fisioterapeuta pélvico puede enseñarte ejercicios sencillos para practicar en casa.

Estos ejercicios pueden dirigirse a los músculos del suelo pélvico, a los músculos vecinos del suelo pélvico (por ejemplo, abdominales, glúteos y otros músculos de la cadera) y a los músculos de otras partes del cuerpo. Los ejercicios adecuados para ti dependerán de tu situación particular: por eso no existe una "talla única" en lo que respecta a la recuperación física tras un traumatismo.

¿Y si no puedopermitirme la terapia?

Lo entiendo. La recuperación de cualquier tipo puede ser estresante, larga y costosa, y muchos supervivientes carecen de los recursos necesarios para someterse a una atención exhaustiva. He aquí la buena noticia: puedes tomar las riendas de tu propia recuperación de un trauma sexual.

Si te preocupa tu capacidad para costearte la atención, te recomiendo encarecidamente que compartas esas preocupaciones con tu(s) proveedor(es) en tu primera visita con ellos. Un buen terapeuta estará dispuesto a trabajar contigo, dándote "deberes" que puedas practicar por tu cuenta y enseñándote formas de avanzar en esos deberes cuando estés preparada. Además, muchos profesionales de la salud pélvica, mental y sexual pertenecen a la red de planes de seguro médico, incluidos programas federales como Medicare y Medicaid. Esto puede ayudar a compensar el coste de la terapia y otros servicios de recuperación.

Si estás motivado y eres constante, puedes progresar mucho en pocas visitas. Si tu proveedor no está dispuesto a encontrarte donde estás, es hora de buscar a alguien nuevo.

Profesionales como los fisioterapeutas pélvicos, los asesores de salud mental y los terapeutas corporales pueden ser aliados útiles en tu proceso de curación. Sin embargo, están ahí para ti como navegantes - tú eres quien conduce el coche. Pueden mostrarte las herramientas que necesitas para recuperarte, pero depende de ti utilizarlas con regularidad.

Unas palabras sobre el consentimiento en la atención sanitaria

Hablando de estar en el asiento del conductor... es extremadamente importante que te sientas cómodo con los límites entre tú y tus proveedores. El consentimiento informado y la seguridad del paciente son fundamentales en todos los ámbitos de la atención sanitaria, y quizá aún más para los supervivientes de traumas sexuales.

Un buen proveedor de atención postraumática debe explicarte los métodos de tratamiento que recomienda y por qué cree que estas técnicas te ayudarán. Debe darte amplias oportunidades para que hagas preguntas, expreses tus preocupaciones y establezcas tus propios límites.

Recuerda: siempre tienes derecho a rechazar cualquier tratamiento, aunque lo hayas consentido previamente. La experiencia y las secuelas del trauma sexual pueden hacer que muchos supervivientes sientan que les han robado su autonomía. El proceso de recuperación debe ser una oportunidad para reclamar tus derechos sobre tu cuerpo, tu voz y tus elecciones.

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