Review GLEE: 3x04 "Pot o' gold"

GLEE HA VUELTO UN POCO FLOJO





Hemos tenido que esperar tres semanas, debido a ciertos campeonatos de baseball, para poder volver a disfrutar de GLEE, especialmente tras el gran capítulo que nos regalaron la última semana. La vuelta ha sido muy esperada, pero hay que reconocer que, aunque ha tenido sus buenos momentos, no ha sido un gran episodio. Vamos a verlo detenidamente.

Queda patente que han vuelto los líos, los problemas. En GLEE igual estás disfrutando de un episodio en el que todo es paz, armonía y belleza musical, y a la entrega siguiente todo se ha cambiado por completo. Este es el caso.

Sue Sylvester ha vuelto (en el fondo es irremplazable). Sigue con su campaña para congresista, pero alguien le va a hacer frente políticamente, con la ayuda de Will Schuester: Burt Hummel, el padre de Kurt, que pretende defender las artes en los institutos. Este es el primer punto que no me ha gustado demasiado, porque el padre de Kurt era gracioso cuando no sabía cómo tomarse la homosexualidad de su hijo. Y ahora es bonito y correcto lo que hace, pero si tiene mucho protagonismo se perderá su esencia, cansará; y siempre es mejor mucho conflicto y una gota de emociones positivas. Pero se puede admitir: sin duda puede dar lugar a situaciones bastante tensas y graciosas.

Por otra parte, se ha vuelto a retomar la historia de Quinn y Puck con respecto a su hija, ahora hija adoptiva de Shelby Corcoran. Quinn quiere hacer lo posible para conseguir la custodia de Beth. Ya dije que esto me parecía demasiada crueldad, y de hecho Quinn es ridícula intentando sabotear la casa de Shelby con productos peligrosos para los niños y libros de sacrificios infantiles. No termina de convencerme este lado tan malvado de Quinn. Cuando la ex mujer de Will falseó su propio embarazo me pareció lo más malicioso que podía haber, y todos nos temíamos las consecuencias en ese matrimonio: en una persona como Terri (que esa sí que era mala) sí nos convencía. Pero no en Quinn...

De hecho, Puckerman no quiere eso. A él sólo le importa el bebé, con quien parece tener una buena conexión. Con la que también va a conectar (se veía venir desde el minuto uno) es con la propia Shelby: beso final cantadísimo y que hace de cliffhanger para el próximo episodio. ¿Realmente habrá un romance entre el joven Puck y la madre Shelby? No hay edad para el amor, y mucho menos para la tensión sexual...

Shelby por su parte, además de acostarse con chavales de 20 años menos que ella, continúa con su coro alternativo a New Directions. Mercedes se ha ido con ella y esa niña repelente y mimada que no tiene ni idea de cantar. Pero no hay problema: ya está aquí Santana para ponerla en su lugar. ¿Veis? En Santana, esa maldad que oculta tantas inseguridades es muy convincente, y de hecho hasta tiene su gracia y su encanto. Santana mola, por muy "bitch" que sea. Pero, una vez más, no en Quinn... El caso es que Santana también se une al nuevo coro, pero no sin Brittany, que la sigue a todas partes (pobre inocente), y con la que tiene una especie de noviazgo sin compromisos. Un coro que ya tiene nombre: ¿Hot Bitches (perras calientes), Hot Messes (líos calientes), Free Beer (cerveza gratis)...? No, "Troubletones" (las problemáticas... uuh qué miedo...). Buen número musical el que se marcan estas tres divas.

Hablando de números musicales, ¿no os ha sorprendido el primero que ha sonado? Yo ya me había olvidado de que estaba en una serie musical. Han tardado mucho en empezar a cantar. No ha sido ninguno de los chicos y chicas del Glee Club, sino un estudiante irlandés de intercambio llamado Rory Flannagan con una voz bastante bonita, pero una cara un poco sospechosa. No me extraña que Brittany crea que es un "leprechaun" (el mítico duende verde irlandés) y le pida deseos mágicos, como que su gato Lord Tubbington haga caca en forma de barritas de chocolate (tremenda Brittany, ella sí que tiene gracia).

Desde el principio sabemos que Rory va a acabar en el Glee Club: abusan de él, es un incomprendido, es extranjero, en el coro hay un hueco, y encima canta bien. No es un competidor amoroso entre Blaine y Kurt (ese vendrá en el próximo episodio, que promete, por cierto), pero sí le llega hacer sombra a Kurt, cuyo punto fuerte es su voz en falsete. Es cómico ver la cara de flipe que pone cuando Rory se marca su falsete irlandés al final del episodio, con esa preciosa canción de Teddy Thompson, "Take Care of Yourself", convenciendo a todos de su talento. Tres que se van, por uno que viene. Necesitamos más gente...

El otro número musical que ha tenido su punto ha sido el de "It's Friday Night (TGIF)", una versión de la canción de Katy Perry, que inicia Blaine intentando motivar al grupo, algo que no gusta demasiado a Finn, que de alguna manera siempre se ha visto líder "motivante" en el coro, y se ve absurdamente amenazado. Aquí lo que hay es mucho afán de protagonismo, me parece a mí. Eso le pasa por estar con Rachel, claro.

En total nos queda un episodio normalito de GLEE que en el fondo sirve un poco de "reseteo", como para situar a los personajes y saber lo que nos espera en próximos episodios, como quien prepara las piezas de ajedrez. Ha vuelto a su ritmo frenético de problemas y tramas ligeras, con pocas emociones profundas, y números musicales disfrutables pero prescindibles.

¿Qué os ha parecido a vosotr@s? Os deseamos desde Red17 un buen fin de semana, lo tenéis entero para leer la review... El viernes seguiremos hablando de GLEE y su quinto episodio, "The First Time", que promete bastante: nuevo triángulo amoroso en torno a Blaine y Kurt, y puede que alguna sorpresa más en esta pareja que tiene que ver con el título... o eso dicen por ahí.

Categorías:

¿Te gusta? ¡Puntúalo!

11 votos

Noticias relacionadas