Rompiendo el hielo: Una parada en el tiempo no es tan malo

Rompiendo el hielo: Una parada en el tiempo no es tan malo

"Rompiendo el hielo" es comentada como "ambigua" por el público una vez estrenada. El director parece haberse obsesionado demasiado con la configuración de símbolos, incorporando numerosas metáforas y símbolos que casi eclipsan el propio argumento. Para el público desinteresado, resulta realmente incómodo. Pero véala primero antes de sacar conclusiones precipitadas: hay razones detrás de su nominación al Oscar.

Para interpretar "Rompiendo el hielo", primero hay que reconocer cuál es realmente el umbral de esta película. Requiere romper con el pensamiento convencional. En primer lugar, en términos de orientación sexual, en esta película no hay heterosexualidad ni homosexualidad; es sólo amor entre personas. Cada persona está abierta a ambos géneros. Han Xiao (Qu Chuxiao) se siente atraída por Haofeng (Liu Haoran) desde el principio. En una escena en la que toca la guitarra y canta una canción de amor, la cámara se desplaza de repente a Haofeng en el sofá, cuyos ojos se clavan cariñosamente en Nana (Zhou Dongyu). Esta representación cambiante del deseo es uno de los momentos más destacados de la película.

Otro aspecto es no considerar en exceso el realismo o la contemporaneidad en esta película. No se trata de contar una historia, sino de narrar la breve huida de la realidad de unos jóvenes angustiados. Un detalle es el reloj de Haofeng, que se para al poco de empezar la película. El tiempo es la métrica de la realidad, y cuando el tiempo se detiene, la realidad también se detiene.

Por lo tanto, todo es accesorio e idealizado en esta película, que no representa a ninguna generación de jóvenes, sino que simplemente explora el sufrimiento humano. El centro de atención de la película se desplaza del argumento a las transformaciones interiores de estos tres individuos, que constituyen la totalidad de la película. El cambio más evidente se produce en la posición de los personajes, al principio con Nana actuando como mediadora en el medio, objeto mutuo de afecto. Más tarde, pasa gradualmente a Haofeng en el medio, y la posición deja de ser fija, logrando una verdadera mezcla de corazones.

Los tres personajes se encuentran en diferentes etapas de la vida, formando un bucle sin fin sobre el pasado, el presente y el futuro: Han Xiao se queda en casa, curioseando por el mundo exterior; Haofeng vive en el mundo exterior -Shanghai- pensando que "es más o menos"; Nana lleva muchos años vagando, a la deriva y perdida, queriendo volver a casa al final. Tienen identidades completamente distintas, pero al final, todas caen en el sinsentido. La vida, para ellas, es como la futilidad de una serpiente persiguiendo su cola, y el supuesto estado ideal de la vida es a menudo como Tianchi en la montaña Changbai, oscurecido por la niebla una vez que casi llegan allí.

En cierta medida, nos representan a todos. Por suerte para nosotros, hay momentos en que los destinos se cruzan, los rostros se acercan y se comparte calor. Rompen el hielo y construyen el sentido para seguir adelante.

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