Sobre una de las historias de terror modernas más impactantes: La lotería

Sobre una de las historias de terror modernas más impactantes: La lotería

La enorme conmoción al recibir el repentino giro. Una espeluznante comprensión de lo que está a punto de suceder. Pero no sigue ninguna palabra, y el lector se queda, en una escalofriante revelación, digiriendo lentamente el final de la ficción corta de Shirley Jackson, "La lotería". Al menos, así fue mi primer encuentro con la historia. Sin embargo, lo que la hace poderosa después de 75 años de su publicación va más allá de la sensación subliminal de susto y, como todo gran horror, se extiende al ámbito de la realidad.

"La Lotería" fue una obra que algunos lectores consideraron totalmente inútil, refiriéndose a la forma deliberadamente ambigua en que Jackson terminó la historia. Pero en esta falta de explicación reside el espacio para la libre interpretación. Muchos, señalando el contexto en el que está escrita "La lotería", han tomado la historia como una alegoría del Holocausto. Los lectores más recientes pueden incluso verlo como una metáfora de las ansiedades y movimientos culturales de la era moderna. Estas traducciones tan diferentes de la misma obra demuestran precisamente cómo la elección abierta del autor ha hecho que "La lotería" sea flexible y, por tanto, relacionable con públicos de todas las épocas.

En estas discusiones, me acuerdo de mi propia pregunta planteada en clase de inglés, hacia las innumerables historias que nos han asignado: ¿Qué significa realmente? Y ésa es la grandeza de las historias que dejan un signo de interrogación para que los lectores deduzcan el por qué: el mensaje, la tesis, la respuesta última se te confía por completo. "La Lotería" encuentra su verdadero poder cambiando constantemente y adoptándose al mundo real, reflejando obedientemente nuestro zeitgeist. Resiste a la historia porque apela a la única fuente de la mente humana que nunca deja de desvanecerse: la imaginación.

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