Studiocanal inicia una batalla legal por el acuerdo de Studio Ghibli con Netflix

Studiocanal ha emprendido una batalla legal contra la productora y distribuidora Wild Bunch y el agente de ventas Wild Bunch International por el acuerdo que cerraron con Netflix sobre los derechos de streaming de Studio Ghibli.

Studiocanal alega que la licencia de Wild Bunch International del catálogo de Ghibli a Netflix en 2019 incumplió un acuerdo entre Studiocanal y Wild Bunch relativo a los derechos de VOD.

En el momento del acuerdo con Netflix, Wild Bunch International era una filial de Wild Bunch, que se había escindido de su departamento de ventas internacionales para convertirse en una empresa independiente. Ahora es una empresa independiente.

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Ni Netflix ni Studio Ghibli son partes en la demanda.

Netflix anunció en enero de 2020 que se había hecho con los derechos mundiales de streaming (excluidos Estados Unidos, Canadá y Japón) de 21 películas de Studio Ghibli, entre ellas "Mi vecino Totoro" (en la foto de arriba). El acuerdo fue considerado un gran golpe de efecto en su momento, dada la reticencia de la compañía japonesa de animación a lanzar sus películas en plataformas digitales.

En un comunicado de prensa, Netflix atribuye el acuerdo a su "socio de distribución" Wild Bunch International.

Sin embargo, en documentos judiciales vistos por, Studiocanal alega que el acuerdo de Netflix incumplía su propio acuerdo con Wild Bunch relativo a la licencia de 15 películas de Studio Ghibli en todo el Reino Unido e Irlanda, que se firmó en 2015 y se renovó en 2017 por un plazo de cuatro años.

Studiocanal afirma que su acuerdo con Wild Bunch incluía "derechos exclusivos de vídeo a la carta no a través de Internet", y que el acuerdo con Netflix causó a Studiocanal "pérdidas y daños" por la disminución de las ventas, así como por la incapacidad de asegurarse los derechos de streaming en Internet de Studio Ghibli.

Studiocanal no ha especificado la cantidad de dinero que cree que ha perdido debido al acuerdo con Netflix, sino que pide una suma que determinará el tribunal.

Sin embargo, en sus contundentes escritos de defensa, Wild Bunch y Wild Bunch International señalan que los "derechos de vídeo a la carta sin Internet" no existen en el Reino Unido ni en Irlanda, ya que no hay servicios de streaming que no utilicen Internet y, por lo tanto, "no está claro" qué derechos dice Studiocanal que se han infringido.

Añaden que Studio Ghibli nunca estuvo interesado en licenciar los derechos de streaming de sus películas por partes, territorio por territorio, y que sólo los había cedido a Wild Bunch International con vistas a hacer un "acuerdo casi mundial" con Netflix.

Los documentos de la defensa también dicen que, en todo caso, el acuerdo de Netflix aumentó el perfil y el interés en las películas de Ghibli, lo que habría tenido un efecto en cadena "positivo" en los ingresos de Studiocanal y que el hecho de que Studiocanal no cuantifique la suma que reclama en su demanda es un "abuso de proceso."

Wild Bunch también ha interpuesto una contrademanda de 1,3 millones de libras (aproximadamente 1,5 millones de dólares) contra Studiocanal por su contabilidad de los ingresos de las películas de Ghibli. La distribuidora afirma que Studiocanal ha estado recuperando erróneamente los gastos de distribución de todas las formas de distribución, en lugar de hacerlo específicamente de la distribución en salas de cine, como se establecía en el contrato.

Wild Bunch alega en su contrademanda que las declaraciones de derechos de Studiocanal establecen de forma engañosa estos gastos bajo el epígrafe "Ingresos de salas de cine", a pesar de que también se han aplicado a métodos de distribución no teatrales, incluidos el vídeo y la televisión.

Wild Bunch afirma que las "deducciones indebidas" suponen un incumplimiento de su contrato con Studiocanal y han ocasionado "pérdidas y daños" al distribuidor.

Studiocanal aún no ha respondido a las demandas.

Wild Bunch, Wild Bunch International y Studiocanal no respondieron a las solicitudes de comentarios.