Un ganador, un perdedor, no hay empate

Imagina que acabas de ganar un campeonato en un deporte en el que te has esforzado tanto para que te digan que no eras el verdadero campeón. Que compartirías el título de campeón con el subcampeón.
¿Cómo te sentirías?
El equipo de baloncesto femenino de la Universidad Estatal de Luisiana se enfrentó a esta situación inimaginable. Después de una actuación sobresaliente que resultó en una victoria 102-85 contra Iowa para el primer campeonato de la escuela en el baloncesto femenino. La Primera Dama Jill Biden, que estaba presente en este partido final de la March Madness femenina, salió y dijo: "Voy a decirle a Joe que creo que Iowa debería venir también, porque han jugado un partido muy bueno".
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Su declaración suscitó polémica en el mundo del deporte. Muchos, incluido el jugador estrella Angel Resse, de la LSU, no estuvieron de acuerdo con la declaración de la Primera Dama. Muchos consideraron injusto tratar a ambos equipos con un trato especial. Las emociones de Resse provocadas por la declaración de Biden la hicieron responder inicialmente diciendo: "NO VAMOS. Punto", en un post de Instagram. Más tarde fue entrevistada en USA Today y compartió por qué sentía que era injusto; "Solo sé que si los papeles se invirtieran, no sería lo mismo", dijo Reese. "Si perdiéramos, no nos invitarían a la Casa Blanca. Tradicionalmente, sólo el ganador recibe el incentivo de ir a la Casa Blanca, mientras que el segundo clasificado no disfruta de esta experiencia.
Participar en un campeonato de un deporte individual o de un deporte de equipo es una parte importante de la cultura deportiva porque los atletas pueden mostrar su talento en el escenario más grande. Los campeonatos muestran cuánto han trabajado los atletas durante todo el año para llegar a donde están individualmente o como equipo en su conjunto. A lo largo de los partidos, los atletas, sus seres queridos, el cuerpo técnico, los aficionados y los espectadores experimentan muchas emociones. Al final de estos juegos, muchos se marchan decepcionados por los resultados y otros se marchan alegres y llenos de emoción.
¿Por qué?
Un grupo de atletas y sus seguidores se han proclamado campeones, mientras que el otro grupo ha quedado subcampeón. Es esencial que todo campeonato tenga un único ganador y un único perdedor. No sólo por el título de campeón, sino por muchos otros factores ajenos al deporte. Ganar nos enseña a celebrar los obstáculos y las luchas que hemos atravesado para llegar hasta donde estamos ahora. Perder puede enseñarnos a ser buenos deportistas. Bowen afirma: "La capacidad de admitir la derrota y no poner excusas no sólo es importante en el deporte, sino en la vida. Ningún abogado gana todos los casos. Las lecciones del deporte pueden aplicarse a la vida en el sentido de que es aceptable fracasar y aprender de ello. Perder enseña a los deportistas a aceptar la decepción, al ser capaces de admitir la derrota y no inventar excusas para justificarla.
En todos los deportes, desde las ligas juveniles hasta los equipos de secundaria, pasando por los universitarios y los profesionales, muchos atletas esperan llegar a la postemporada para competir por el campeonato. Este camino puede ser diferente en cada deporte y nivel, pero el objetivo final sigue siendo poder jugar en el escenario más importante. Al final de cada postemporada, siempre habrá más perdedores que ganadores. Y para los que logran convertirse en campeones, no siempre resulta fácil. A algunos atletas y equipos les puede llevar algún tiempo conseguirlo.
Entonces, ¿deberían eliminarse los campeonatos?
Los campeonatos no deberían desaparecer, no sólo porque sean interesantes de jugar o de ver. Los campeonatos no sólo tienen que ver con el deporte en sí. Estos partidos empujan a los atletas a esforzarse más, además de enseñarles valiosas lecciones de vida. Deberían darse incentivos al ganador, como celebración victoriosa de lo que acaba de ganar. Aunque el resultado de un partido de campeonato no siempre es el que se pretende, estos partidos no deberían terminar con un empate para mostrar buena deportividad.
En su lugar, los campeonatos deberían terminar con el resultado de un ganador y un subcampeón, como ha sido a lo largo de la historia del deporte. La sociedad ha atenuado los campeonatos para tener un ganador, que es lo que capta su atención para querer ver estos partidos. Si se eliminaran los campeonatos y todos los que participaran recibieran un trofeo de participación, entonces disminuiría la motivación que empuja a los deportistas a esforzarse más y alcanzar ese objetivo final de ganarlo todo, de ser ese número uno.