Una revolución para la liberación.

Una revolución para la liberación.

En el momento en que un padre da a luz, reclama al niño como suyo. De alguna manera, piensan que con el parto han conseguido controlar la vida de ese hijo suyo; es su propiedad. ¿No se puede decir entonces que el momento en que un niño nace es el momento en que muere? Un niño que se supone que va a disfrutar de los placeres de la libertad se ve agobiado por el peso del techo invisible sobre su cabeza, que confina su ser en una caja. Está encadenado y aprisionado por sus padres y el mundo. Sí, la gente vive en cajas. Un niño dentro del vientre de su madre goza de más libertad que el que ve la luz del día. Este es el círculo vicioso de control en el que el mundo se afana a través de generaciones de ignorancia. Los que se salen de sus cajas se quedan con etiquetas; rebeldes, revolucionarios, anarquistas. Los que se rinden a las normas de la sociedad autoritaria, nunca se quejan, nunca cuestionan las intenciones de sus padres o mayores, caminan por los senderos que otros eligieron para ellos, empujan a través de los días ocultando sus sueños y verdaderas aspiraciones, acostumbrados a vivir en la celda de la prisión que es su vida, sí la patética mayoría de los humanos, son etiquetados como los ideales. A los niños se les pide que los admiren porque la sociedad es ellos. Esto es muy evidente desde la primera infancia, cuando un niño obediente es un buen niño y un niño rebelde un mocoso.

Creo que ésta es la era del cambio. Parece que la gente está despertando de un trance. Hay más conciencia que nunca en este siglo XXI y con la conciencia viene el cuestionamiento. La juventud de hoy es el epítome del cambio. Al final de esta era, cada vez más personas despertarían de sus estados de ignorancia y las raíces de la sociedad humana y su existencia serían severamente cuestionadas. Todas las normas sociales se romperían y la gente se liberaría finalmente de las garras de siglos de control. El gobierno que controla a sus ciudadanos, los padres que controlan a los hijos, los abuelos que controlan a los nietos, los maridos y las esposas que se controlan mutuamente, la ley que controla a los criminales, los criminales que controlan al gobierno, todo el control debe ser retenido. Si alguna vez hay margen para algún cambio, sería ahora. Ahora es el período óptimo para la liberación porque el mundo está finalmente despierto.

Que la revolución por la liberación se extienda como un reguero de pólvora.

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