El consumo excesivo está matando el planeta

El consumo excesivo está matando el planeta

Busca. Pulse. Añadir a la cesta. Comprar. Con sólo cuatro toques, el paquete podría llegar a su puerta en una semana.

Con el auge de las plataformas de compra en línea, la gente de todo el mundo se ha convertido en adicta a las compras y pulsa el botón "Comprar" sin dudarlo. Cada día, decenas de millones de paquetes llenos de todo tipo de artículos, desde jarrones a fundas de almohada decorativas o tazas de café, aterrizan en los porches de las casas. Muchos ni siquiera se dan cuenta de la cantidad de trastos que acumulan en sus casas con el paso del tiempo, a menudo innecesarios y comprados por capricho.

A partir de finales de la década de 1940, después de que la economía de Estados Unidos saliera de una depresión por la Segunda Guerra Mundial, muchos estadounidenses se volvieron ávidos y capaces de comprar bienes de consumo debido a la disponibilidad de puestos de trabajo y al aumento de los salarios, estableciendo un hábito de consumo excesivo insostenible. Hoy en día, este hábito se ha extendido por todo el mundo, y al menos una cuarta parte de la población humana pertenece a lo que se conoce como clase consumista: personas caracterizadas por estilos de vida dedicados a la acumulación de bienes no esenciales, aunque ellas mismas no se den cuenta de ello.

A medida que la tecnología mejora y las compras en línea se hacen cada vez más populares, resulta más fácil influir en los posibles compradores, sobre todo cuando se trata de productos innecesarios. Analizando datos demográficos, flujos de clics y mercados, las empresas pueden distribuir fácilmente anuncios a quienes tienen más probabilidades de comprar sus productos a través de la televisión, las redes sociales e Internet. Las cosas innecesarias se convierten de repente en artículos de compra obligada que luego acaban almacenados en un rincón del sótano o camino del vertedero.

Esto tiene un efecto muy negativo en el medio ambiente. La mayoría de las crisis relacionadas con el planeta Tierra pueden atribuirse directamente a la cultura del consumo, desde la contaminación tóxica al calentamiento global, pasando por la difícil situación de las especies en peligro de extinción. Las fábricas que producen bienes día y noche también producen enormes cantidades de combustibles fósiles tóxicos a un ritmo alarmante. Los residuos de envases y envoltorios de plástico contaminan la tierra y el mar. La proliferación de nuevos productos ha ido engullendo rápidamente enormes cantidades de recursos naturales y agotando los hábitats de la fauna salvaje. La lista de víctimas es interminable.

En las últimas décadas, la gente de todo el mundo se ha alejado de la mentalidad de "calidad sobre cantidad" y se ha visto rodeada de artículos que realmente no necesita o no utiliza. En el futuro, en lugar de derrochar inmediatamente en una cesta de Amazon repleta, quizá debas decidir a lo largo de unos días si cada artículo es realmente útil. En lugar de comprar un par de vaqueros baratos, quizá deberías investigar y encontrar una marca con buenos materiales que duren más y sean más cómodos. Si todos modificáramos ligeramente nuestros hábitos de consumo, podríamos crear una vida menos caótica y de mejor calidad, tanto para nosotros como para la Tierra.

Categorías:

Noticias relacionadas