El tema de la vida familiar en Matar a un ruiseñor

El tema de la vida familiar en Matar a un ruiseñor

La vida familiar es un tema que recorre toda la novela Matar a un ruiseñor.

La familia Finch es un ejemplo positivo de una vida familiar sana. Atticus Finch, el padre, da a sus hijos una sensación de seguridad y confianza. Cuando Bob Ewell escupe a Atticus y le amenaza, los niños no pueden comer ni jugar porque están preocupados. Jem, el hermano, cuida de su hermana pequeña. Por ejemplo, cuando Scout se come el chicle de los Radley en el árbol, Jem le hace gárgaras para evitar peligros como la infección. Jem es un hermano mayor bueno y cariñoso. Para Scout, es cariñoso y amable con su familia. Cuando su profesor le dijo que todo lo que Atticus le había enseñado estaba mal durante su primer día de clase, su reacción inmediata fue protestar contra su profesor y defender a su padre. De todos estos ejemplos anteriores se desprende que la afectuosa vida familiar de los Finch ha fomentado dos hijos cariñosos y amistosos, el ejemplo positivo de su padre ha actuado claramente de forma positiva en ellos también. Toda la familia se mantiene unida, bras dessous. En general, tienen un ambiente familiar fabuloso.

Harper Lee utiliza a la familia Ewell como un ejemplo negativo de la vida familiar. En el capítulo 12, incluso el hombre tolerante, Atticus, describe a la familia Ewell como "absoluta basura". El padre, Bob Ewell, nunca trabaja y siempre coge el poco dinero que tenían para comprarse whisky. Después de salir de la corte, muestra su espíritu mezquino, arrogante y cobarde al detener a Atticus en la esquina de la oficina de correos, escupirle a la cara y decirle a Atticus que lo atraparía aunque le costara el resto de su vida, como en los capítulos 22 y 23. Su hijo, Burris Ewell, era descrito como "el ser humano más sucio que jamás había visto" en el capítulo 3. Era grosero y sucio. La hija, Mayella, intentaba mantenerse limpia y cuidar a sus familiares. Pero su padre podría estar abusando sexualmente de ella, y sólo podría ser una chica ignorante sin amigos. Son nefastos, ignorantes, violentos, sotaneros, sucios y arrogantes, eran como ratas de la calle y parias, porque viven una vida horrible y tienen una familia horrible.

Harper Lee utiliza a la familia Cunningham como otro ejemplo que contrasta con la familia Ewell, además de los Pinzones. En el capítulo 23, Atticus dice que "los Cunningham no han tomado nada de nadie". De hecho, se sabe que la familia Cunningham tiene nervios de acero. Incluso en su extrema pobreza, siguen pagando sus deudas y son demasiado orgullosos para aceptar la caridad. La presentación que hace Harper Lee de los Cunningham indica que deben ser y merecen ser respetados, mucho más que los Ewell. Son trabajadores, independientes, y que muestran prejuicios hacia la discriminación racial, y su determinación. Todo esto demuestra sus buenas cualidades en contraste con las de los Ewells, que son similares a las de los Finches. También tienen una vida familiar sana.

La vida familiar es, por tanto, un tema importante del libro. Y los contenidos muestran que una vida familiar sana crea y fomenta una descendencia y un ambiente sanos y positivos.

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