Impacto de la histeria femenina en la salud de la mujer

Impacto de la histeria femenina en la salud de la mujer

¿Qué es la histeria femenina?

Históricamente, la histeria era un diagnóstico común para las mujeres con enfermedades mentales que desatendían e ignoraban sus problemas subyacentes.

El concepto de histeria femenina se remonta a la antigua Grecia, donde el término "histeria" tiene su origen en la palabra griega "hystera", que significa útero. Acuñado por los médicos griegos, creían que la agitación emocional de las mujeres estaba relacionada con su útero.

La noción y la correlación entre el útero de la mujer y su salud mental ha perdurado en la sociedad durante siglos. Aunque esta creencia no se mantiene hoy en día, tuvo repercusiones duraderas. Una de ellas es el sesgo de género en la medicina, que influye en la atención sanitaria, la investigación y la percepción de la salud mental de las mujeres.

Historia de la histeria

Aunque la antigua Grecia no es la única culpable de este estereotipo. Durante la época isabelina, las obras de William Shakespeare; más concretamente, Hamlet, también han contribuido a la noción de histeria femenina. El personaje femenino de Hamlet, Ofelia, que ya estaba lidiando con la muerte de su padre, tuvo una relación infructuosa con Hamlet, por lo que la carga que le impuso su familia para que se ajustara a las expectativas que la sociedad tenía de ella, la llevó finalmente a la locura.

Aunque de forma involuntaria, el personaje de Ofelia perpetuó la idea de la histeria entre el público de la época. Se veía más como una historia de terror que como la historia trágica que pretendía ser. Esto sirve como reflejo de las expectativas sociales y las limitaciones impuestas a las mujeres durante la época isabelina.

Estos ejemplos históricos han influido en la narrativa sobre la salud mental de las mujeres y han moldeado la forma en que nuestra sociedad ve a las mujeres con enfermedades mentales.

¿Cómo ha afectado a las mujeres de hoy?

Aunque la histeria ya no es un diagnóstico viable para las mujeres, sigue afectando a su salud mental de muchas maneras. Muchas mujeres que necesitan ayuda se enfrentan al estigma de ser consideradas "demasiado emocionales" o "inestables", el mismo sentimiento que se tenía hacia las mujeres histéricas en el pasado. Esto, a su vez, las disuadía de obtener la ayuda necesaria.

Los diagnósticos erróneos también disuaden a las mujeres de buscar ayuda profesional, ya que hoy en día todavía es frecuente que a las mujeres se les diagnostiquen erróneamente trastornos equivocados. Esto suele ocurrir cuando los profesionales sanitarios no se toman en serio sus problemas de salud mental. (Ocurre más a menudo de lo que crees).

Además, los prejuicios sexistas de los sistemas sanitarios también hacen que muchas mujeres no busquen ayuda, sobre todo debido a los prejuicios del sistema. El acceso desigual de las mujeres a una atención sanitaria mental adecuada es un gran problema y la idea de histeria ha contribuido a apoyar estos estereotipos sobre la salud mental. Por lo tanto, algo que debería ser accesible para todos es ahora un reto y difícil de obtener. Debemos reconocer y abordar el estigma de estos problemas para garantizar que las mujeres puedan recibir la atención y el apoyo adecuados para su bienestar mental.

¿Cómo podemos cuestionar esta idea?

Para garantizar que se desmantela esta nociva noción de la mujer histérica, abordando el impacto que tiene tanto en las mujeres de nuestro pasado como en las mujeres de hoy. Para ello, tenemos que trabajar juntos para:

  • Difundir la educación y la concienciación: Concienciando sobre las raíces de la histeria y cómo este estereotipo afecta a las mujeres de hoy, podemos disipar estas ideas erróneas. Hay que abogar por la salud mental de las mujeres para fomentar la empatía y la comprensión.
  • Crear espacios seguros: Crear espacios para que las mujeres que han tenido problemas puedan mantener conversaciones abiertas y sinceras sobre sus experiencias. Nuestro objetivo es ayudar a más mujeres a buscar la ayuda que necesitan. Este lugar seguro debe ser inclusivo y sin prejuicios.
  • Abogar por una atención sanitaria no sexista: Apoyar la eliminación de los prejuicios sexistas en los sistemas sanitarios es un primer paso para que la salud mental se adapte más a los problemas de las mujeres, no sólo a las emociones. Esto también implicaría educar a los profesionales sanitarios y promover políticas que fomenten un trato justo y equitativo para las personas de todos los géneros.
  • Investigación y datos: Para que la gente se tome en serio lo que decimos, necesitamos datos que lo respalden. Fomentar la investigación sobre la salud mental de las mujeres informa a los profesionales sanitarios sobre prácticas y políticas que ayuden a reducir el estigma emocional.

Acabar con la histeria

En última instancia, la noción de la mujer histérica tiene sus raíces en antiguas creencias infundadas perpetuadas a lo largo de la historia. Reconocer y cuestionar esta noción es un primer paso para garantizar que el bienestar de las mujeres se toma en serio y se le da la importancia que merece. Podemos hacerlo difundiendo la educación y la concienciación, creando espacios seguros, abogando por una atención sanitaria que incluya la perspectiva de género y promoviendo la investigación.

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