Una oda a Vivaporú: el bálsamo de menta que se ha convertido en un básico hispano

Visite un hogar hispano, abra cualquier cajón donde se guarden medicinas y lo más probable es que este mágico frasco azul aparezca ante sus ojos. Vivaporú, a veces conocido simplemente como Vicks (pronunciado con "B" mayúscula), o Vaporú, o Bibaporrú, o Baporrú... Ya se entiende; las opciones son infinitas, es para las abuelas hispanas lo que el Windex era para el padre de Toula en Mi gran boda griega.

Nadie sabe exactamente cómo ni cuándo, pero en algún momento entre su invención en 1894 por Lunsford Richardson en Greensboro, Carolina del Norte, y hoy, Vivaporú se convirtió en la cura para todas las dolencias en toda la diáspora. "Vicks ha estado... en mi memoria... en mi armario. No recuerdo cuándo se introdujo por primera vez en mi vida", dice Bianca Nieves, redactora de 29 años de Puerto Rico, de The Cut.

Cuando crecí en las Islas Canarias, el primer recuerdo que tengo de Viviaporú es el de mi abuela untándome la espalda y el pecho (y alrededor de la nariz) con el ungüento viscoso y mentolado cuando pillé un catarro. Debía de tener unos tres años. Mi madre y mi tía también tienen recuerdos parecidos con sus abuelas, que vivían sobre todo entre las islas y Cuba. Era una de las únicas "medicinas" fácilmente disponibles en el mercado, recuerdan, así que, por supuesto, se convirtió en el remedio... para todo. Si preguntas a cualquier abuela, te lo confirmará. Es como las matemáticas de las niñas, pero para la salud. ¿Estás resfriada? Ponte Vicks. ¿Tienes alergia? Ponte Vicks. ¿Se ha roto un tobillo? Quizá Vicks le ayude con algo. ¿Se siente deprimido? Vicks. Vicks. Vicks. Hay una razón por la que se le ha apodado en broma "Primeros auxilios hispanos".

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Por supuesto, la naturaleza milagrosa de Vivaporú no está respaldada científicamente. Según la página del producto VapouRub en el sitio oficial de Vicks, la pomada sólo está pensada para su uso externo para aliviar los síntomas de la tos y como pomada para aliviar pequeños dolores musculares y articulares debido a su sensación refrescante. Pero eso no nos ha impedido ser creativos.

"Además de aplicarlo en el pecho y la nariz cuando tenías catarro, mi madre era partidaria de ponerlo en la planta de los pies y ponerse calcetines encima", cuenta Nieves. "Efectivamente, te hacía sentir mejor por la mañana. Hechicería!" (Mi madre también es fan de este método, lo que me hace preguntarme: ¿Existe un libro de jugadas de usos secretos de Vicks VapoRub que no conozcamos?). Nieves sigue utilizando su fiel tarro azul para la congestión nasal, la opresión en el pecho y los molestos granos. (Advertencia: algunos dermatólogos desaconsejan el uso de este producto para el acné, ya que contiene petrolato, que podría obstruir los poros, pero si lo llevas haciendo desde la infancia, tu cuerpo sabe más que nadie).

Ana Escalante, redactora de 24 años con raíces venezolanas que trabaja para Who What Wear, recuerda otro uso particular. "A veces, mi madre me lo ponía en las sienes para conseguir algún tipo de efecto adyacente a la aromaterapia, sobre todo si estaba estresada en secundaria o bachillerato".

En Internet, encontrarás un sinfín de usos poco convencionales de Vivaporú, desde repelente de insectos hasta solución para los hongos de las uñas de los pies. Por supuesto, algunos de los usos de Vivaporú son probados y otros no tanto -por favor, no lo ingiramos nunca-, pero no se puede negar que este bálsamo de menta cura el alma con el tiempo.

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Al igual que la vaselina, la textura de Vivaporú puede resultar desagradable -especialmente en una nariz agrietada, en mi opinión- y, sinceramente, eso nunca cambia aunque ahora decidamos utilizarla conscientemente. Sin embargo, hay algo en la mezcla de alcanfor, eucalipto y mentol que te sigue atrayendo. Velásquez admite que "no le gustaba mucho cómo olía" cuando era pequeño, pero la idea de aplicárselo ahora, a sus 30 años, le parece "acogedora y nostálgica".

Escalante opina lo mismo a posteriori, aunque la repulsión inicial no haya remitido del todo: "No soporto lo mentolado y abrumador que es, pero ahora, si abriera la lata que tengo en el cajón de la mesilla de noche, seguro que sentiría un trozo de mi hogar conmigo cuando más lo necesito".

La escritora independiente Marilyn La Jeunesse, cuya defensora interna de Vicks era curiosamente su madre franco-canadiense y no su padre franco-mexicano, considera que el olor del bálsamo es "extrañamente refrescante" (en eso tenemos que estar de acuerdo).) "En cuanto lo huelo, siento que me he curado", explica, "es sin duda un efecto placebo debido a los años que llevo frotándomelo en el pecho cuando estoy enferma, pero el olor me relaja mucho. Al instante siento que todo va a ir bien". Ahora que vive con su prometido costarricense y peruano en Nueva York, su madre tiene competencia en términos de defensa. "Es aún más [inflexible en que lo use] cada vez que toso".

Calmante o no, el olor de Vivaporú es tan fuerte que algunos, como Cardi B, también lo usan como perfume. En una entrevista en vídeo con Vogue México y Latinoamérica, Cardi B había elegido la pomada como uno de sus imprescindibles en el bolso, pero durante una reciente retransmisión en directo reveló que en realidad es su perfume favorito: "¿Sabéis que todo el mundo dice que cuando conocen a Rihanna huele a flores bonitas? Yo sé que todo el mundo que me conoce dice: 'Oye, huele a Vicks'". Según Vicks, el olor de Vivaporú es el tercero más reconocido en todo el mundo, sólo por detrás de la mantequilla de cacahuete y el café, lo que objetivamente lo convierte en icónico. (Lo siento por las chicas de Baccarat.

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Otra cosa sobre Vivaporú es que viene a ti cuando lo necesitas. A menos que lo uses religiosamente como Cardi B, como las barajas del tarot, nadie parece comprar su propio tarro de Vivaporú. Apareció misteriosamente en mi mesilla de noche cuando me mudé a Nueva York", admite Escalante, "o es un frasquito viejo que tenía y del que me olvidé, o (mi teoría más probable) es que mi madre me lo compró cuando vino a mudarse y lo metió en algún sitio y se olvidó de decírmelo", y Nieves utiliza actualmente "uno caducado que me regaló mi madre hace unos años". Hace poco robé la mía del armario de mi madre durante una visita a casa después de caer enferma y "accidentalmente" acabó en mi equipaje".

Por supuesto, Vicks VapoRub no es exclusivo de los hogares hispanos. También es un producto popular entre otras comunidades caribeñas y filipinas, sobre todo. Y también podríamos argumentar que otras culturas también tienen lo que podríamos considerar su propia versión, como el Bálsamo del Tigre para varias comunidades asiáticas.

Sin embargo, no podemos negar el estatus de icono que Vicks ha alcanzado dentro de las comunidades latinas e hispanas. Incluso se hace referencia a él como "una piedra de toque cultural entre los hispanos y los latinoamericanos" en la página de Wikipedia del producto, que, sí, sé que se puede editar, pero no por ello deja de ser importante. Hoy en día, Vivaporú se vende en tiendas hechas por fans, se ha colado en series de Netflix y, seamos sinceros, es probable que nunca llegue a ser sustituido.

"Creo que es bastante interesante que Vicks se haya convertido en un remedio generacional por derecho propio", dice Escalante, que compara sus propiedades calmantes con las de un buen caldo o té de manzanilla. "Al igual que las prácticas herbales de raíz indígena respaldadas por la familia o las recetas de alimentos para dolencias que se han extendido por mi familia durante generaciones se consideran con la máxima autoridad como la única forma legítima de remedio que existe, lo mismo ocurre con Vicks en su botecito azul". A pesar de haber sido fundado por una empresa estadounidense no hace tanto tiempo, Vicks se siente igual de fuertemente arraigado en la cultura latina".

Velásquez también encuentra consuelo en el hecho de que un bálsamo "mágico" fabricado en serie pueda conectar tantos hogares, a la vez que sirve como "una muestra de amor y cuidado" y "una forma de mitigar el malestar de la enfermedad": "Al principio, pensé que era una cosa rara que hacía mi familia", añade. "Me encantan este tipo de piedras de toque que me conectan con mi herencia y con otras personas Latinx. Al igual que las clásicas mantas con leones y caballos y beber 7-Up para curar casi cualquier dolencia estomacal, es sólo una de esas cosas campechanas que han resistido la prueba del tiempo por alguna razón."

En conclusión, todo lo que tengo que decir sobre Vivaporú es: