¿Cómo deben aplicarse las etiquetas de advertencia para proteger al público inmaduro sin interferir en la apertura de la sociedad?

¿Cómo deben aplicarse las etiquetas de advertencia para proteger al público inmaduro sin interferir en la apertura de la sociedad?

La inmensa mayoría de la gente escucha música explícita y ve películas de clasificación R, aunque no sean adecuadas para la mayoría del público. Los directores de cine y los productores de música incluyen etiquetas y carteles de advertencia cuando prevén que el contenido es sensible. Aunque estas etiquetas de advertencia tratan de evitar que la gente se exponga a un contenido específico, ¿este blindaje amenaza la sociedad libre y abierta que queremos conseguir? A pesar de esta posibilidad, las etiquetas de advertencia que señalan contenidos potencialmente provocativos y perturbadores deben aplicarse para proteger a los públicos inmaduros y a los que pueden verse gravemente afectados por la visualización de contenidos posiblemente perturbadores, pero en la medida en que no interfieran plenamente con la apertura de la sociedad.

Con la creciente demanda de que los medios de comunicación adopten una salvaguarda especial para los espectadores, como las advertencias de activación y las etiquetas de advertencia, los productores de contenidos han asumido la responsabilidad de las advertencias de activación cada vez más a medida que la sociedad avanza. En consecuencia, los productores deben utilizar las advertencias para proteger al público inmaduro y a quienes puedan verse gravemente afectados por ciertas películas o música. En todo el mundo, las películas y la música han implementado advertencias de activación cuando su contenido incluye la mención o proyección de abusos sexuales, suicidio y otros contenidos preocupantes. Estas advertencias no son los típicos avisos previos a la proyección; no se limitan a informar al público de las escenas problemáticas para gestionar sus expectativas. Por el contrario, las advertencias se dirigen a quienes han sufrido el trauma que se muestra en la pantalla, a las personas con más probabilidades de verse afectadas, y las disuaden de verlas. Cuando los productores crean contenidos, los emiten para las masas y no pueden seleccionar un público objetivo y discriminar a otros. Dado que sus contenidos pueden ser potencialmente ofensivos o desencadenar modos de lucha o huida cuando las personas están expuestas a palabras o imágenes que les recuerdan traumas que han experimentado, los productores se anticipan a la necesidad de advertir a sus audiencias sobre contenidos sensibles. Si los productores revocaran las advertencias de activación, se enfrentarían a las consecuencias de afectar gravemente a los miembros de su audiencia, con resultados que van desde un leve malestar hasta un drástico episodio mental derivado del visionado del contenido.

Además, dado que las etiquetas de advertencia, como los mensajes de aviso a los padres, señalan un contenido explícito que puede ser inapropiado para los niños, son necesarias para proteger al público inmaduro de contenidos que pueden incluir lenguaje despectivo, violencia intensa y otros temas para adultos. Muchos niños a los que se les permite o se les hace ver discretamente películas con clasificación R sufren muchos efectos psicológicos, como pesadillas recurrentes, temores a la hora de dormir, trastornos de concentración e incluso una visión temerosa del mundo. La advertencia de los padres puede evitar que al menos una parte de los niños vean estos contenidos inadecuados, protegiendo su juventud y reduciendo la probabilidad de sufrir la experiencia traumática y la impresión de miedo persistente que pueden causar estas películas. Por lo tanto, las etiquetas de advertencia proporcionan una información de sensibilidad crucial que dota a las personas y a los padres de la libertad de tomar decisiones informadas sobre sus elecciones de visionado.

Aunque las etiquetas de advertencia son necesarias, los productores no deben permitir que interfieran en la promoción de una sociedad abierta. En algunas partes del mundo, los gobiernos exigen un descargo de responsabilidad o una etiqueta de advertencia para los libros con contenido relacionado con LGBTQ+. Un ejemplo famoso de esto es el libro "El país de las maravillas es para todos", que presenta el matrimonio de dos príncipes y una cierva que desea convertirse en ciervo. El propósito del libro era enseñar a los niños que deben ser respetuosos con las personas de todos los orígenes; sin embargo, el gobierno húngaro afirmó que el libro oculta que representa un comportamiento incompatible con los roles de género tradicionales. La orden del gobierno de incluir una cláusula de exención de responsabilidad en los libros con contenido LGBTQ+ va en contra de la libertad de expresión y la prohibición de la discriminación por las que luchamos en todo el mundo. Además, las etiquetas de advertencia interfieren con la idea de promover una sociedad abierta porque violan la igualdad y la aceptación de los diferentes orígenes. Para proporcionar una expresión igualitaria en las comunidades, debemos emplear buenas prácticas de igualdad y diversidad, garantizando que las personas sean tratadas como iguales y reciban el respeto que merecen. Al añadir etiquetas de advertencia a libros como "El país de las maravillas es para todos", vemos que los prejuicios del gobierno interfieren en la libertad de expresión. Perpetúa los estereotipos y crea prejuicios inculcados. Esto es similar a las acciones llevadas a cabo por los regímenes autoritarios en los medios de comunicación patrocinados por el Estado. Al etiquetar libros como los mencionados, se crea la idea de que esta parte de la comunidad debe ser tratada de forma diferente, descaradamente discriminatoria. Sin embargo, aunque en estos casos, como en el de "El país de las maravillas es para todos", las etiquetas de advertencia impiden nuestro camino hacia la inclusión y la sociedad abierta, otras etiquetas de advertencia siguen siendo necesarias para la mejora de los demás y de la sociedad. Como se ha mencionado anteriormente, el típico mensaje de advertencia que vemos antes de las películas que contienen escenas sobre abusos sexuales o violaciones es crucial para dar la oportunidad de salir del cine a quienes puedan sentirse incómodos viendo esas escenas o hayan sufrido un trauma relacionado con ellas. Por lo tanto, aunque algunos pueden argumentar que colocar una etiqueta es innecesario y que la vida no puede ser censurada, estos opositores deben considerar que las etiquetas de advertencia ayudan a las personas a tomar las decisiones de visualización informadas a las que tienen derecho. No obstante, los productores deben seguir siendo cautelosos a la hora de utilizar advertencias que impidan la igualdad de expresión de los ciudadanos. Para promover una sociedad abierta, en la que se valore la libertad sin dejar de ser sensibles a los estados mentales de los espectadores, debemos proporcionar a la gente las advertencias necesarias para que puedan elegir si se sienten cómodos viendo determinados contenidos.

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