Una perspectiva mixta de la sombra

Una perspectiva mixta de la sombra

Uno de mis juegos favoritos de la infancia era perseguir sombras. Al atardecer, me cogía de la mano de mi abuelo y observaba cómo bailaban nuestras sombras, unas veces delante y otras detrás de nosotros. Las sombras se encogían formando una pequeña bola a nuestros pies, y luego se estiraban formando largos brazos y piernas, convirtiéndonos en figuras gigantes. Cuando corría, mi sombra corría a mi lado, y cuando levantaba los brazos y saludaba, se transformaba en gráciles grullas. Mi abuelo transformaba su mano en un corazón, un pájaro volando o un perro ladrando, y yo me maravillaba de la magia de las sombras. Decía: "Donde hay luz, hay sombras, y las sombras son las más obedientes".

En mi joven corazón, las sombras eran bellas, me escuchaban y estaban llenas de buena voluntad. No fue hasta que me encontré con una foto histórica durante un curso optativo que mi percepción de las sombras cambió. En la foto, un oficial alemán levantaba la mano derecha en señal de saludo nazi, y su larga sombra se extendía bajo él. A su alrededor había miles de personas que le aclamaban, adoraban y adoraban bajo el hechizo del poder de la sombra. La gente estaba extasiada, perdiendo la racionalidad, y sólo sabía vitorear junto a la multitud. Hombres y mujeres acudían en masa a apoyar las despiadadas matanzas del ejército, cantando alabanzas a su creencia. En sus ojos brillaban la crueldad, el hambre y la alegría extrema, pero nadie sabía que bajo la poderosa sombra, sus corazas eufóricas estaban huecas.

Guiados por mi profesor de secundaria, nos adentramos en esa parte de la historia. En el proceso de comprensión de la Segunda Guerra Mundial, lo que más me sorprendió no fueron las atrocidades cometidas por los nazis, sino las mujeres alemanas conocidas como los "Ángeles de la Muerte". Durante toda la Segunda Guerra Mundial, unas 500.000 mujeres alemanas prestaron diversos servicios de apoyo al esfuerzo bélico de la Alemania nazi, sobre todo sirviendo como guardianas de campos de concentración. Perdieron por completo su naturaleza amable y compasiva como mujeres, recurriendo a palizas, latigazos, echando perros a la gente y obligándoles a dispararse unos a otros. Emplearon diversos métodos brutales para tratar a judíos inocentes, mostrando la misma ferocidad y culpabilidad que los oficiales nazis. No podía comprender por qué tanta gente podía borrar su humanidad, desatar tanta malicia y convertir la matanza en un frenesí colectivo hasta que leí "Resisting the Banality of Evil", y pensé en las sombras.

Me parece que la oscuridad se esconde bajo las sombras. Cuando los oficiales nazis sonreían mientras mataban a tiros a judíos desesperados, cuando los soldados japoneses jugaban a sus atroces juegos de matar en Nanjing y cuando los extremistas hutus contemplaban con satisfacción las pilas de cadáveres, poca gente era consciente de que se trataba de una "acción insensata" y de "conformidad ciega". Éstas son sombras, sombras que siguen órdenes, sombras que son las más obedientes y siguen ciegamente, sombras carentes de pensamiento crítico y de valores, que conducen a la culpa colectiva y traen la calamidad sobre la humanidad.

Durante mi exploración de las sombras, la película "La vida es bella" me conmovió profundamente, provocándome lágrimas y risas. El director no describió en exceso la crueldad de la guerra, sino que retrató otro tipo de belleza en medio del desastre: la belleza de la humanidad y la búsqueda de la luz. El humo de la guerra puede ocultar temporalmente el amanecer, pero no puede cubrir un corazón resplandeciente. En la película, el actor no sólo era un marido devoto, sino también un padre increíblemente grande. Para proteger a su hijo de cualquier daño, el actor le engaña haciéndole creer que sólo estaban jugando a un juego. La búsqueda de su mujer, el aliento a su hijo y la resistencia a las dificultades me llegaron al corazón. Incluso arriesgó su vida por una simple comida para su hijo, así como para que su mujer escuchara música.

Para mí, ese escenario refleja la "luz" que uno busca por muy ardua que sea la situación, la luz de la justicia, la luz del amor, la luz que uno persigue bajo el dominio de las sombras del mal. Los tenues rayos iluminan la vida, sirviendo de poderosa herramienta para superar toda adversidad, que es para mí la esencia del sentido de la vida.

Así pues, bajo la sombra también hay luz: luz sobria, luz reflexiva y luz amorosa. La banalidad del mal bajo la sombra sólo puede superarse mediante el pensamiento claro, y la fría crueldad bajo la sombra sólo puede disiparse mediante la luz cálida y brillante. "Este es el sacrificio que mi padre hizo por mí, y esta es la gracia que me concedió", dice el niño crecido, y con ojos llorosos, nosotros también recibimos la gracia. Perseguimos ese rayo de luz, la luz que nos permite pensar con independencia y buscar continuamente la verdad, la bondad y la belleza. Creemos firmemente en el poder del buen espíritu, persiguiendo sin descanso la luz de la fe que podría iluminar la historia de la humanidad.

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